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Generación Silver: sexo, proyectos y vitalidad sin límite de edad

Ingresar a la sexta década de vida no implica el fin del deseo y la productividad. La nueva madurez.

La categoría “adulto mayor” ya no responde a los arquetipos del señor con bastón y de la abuelita del té Mazawattee.

El ingreso a la sexta década de vida tampoco es más un tobogán hacia el retiro, ni la jubilación se ha vuelto el fin de la productividad.

Con los avances de la medicina y la tecnología, que le han permitido al ser humano extender notablemente su expectativa de vida, llegar a la llamada “tercera edad” no implica entrar en tiempo de descuento. Incluso, hasta ese mismo término se encuentra hoy bajo discusión.

Ha nacido la Generación Silver (en referencia al color de las canas), que avanza como segmento de interés para el mercado del consumo, en tanto se resignifica como etapa activa en relación al trabajo, el fitness, los vínculos socioafectivos, la salud y, sobre todo, la sexualidad.

¿Cuáles son las claves de esta nueva madurez que llegó con el siglo XXI?

Con el horizonte más lejos

Estamos viviendo tiempos cambiantes desde el punto de vista demográfico, en particular en America Latina, que se consideró por mucho tiempo “el continente joven”.

Para el año 2090, y según proyecciones de las Naciones Unidas, tendrá un porcentaje de personas mayores de 60 años más grande que Europa y América del Norte (34,40 por ciento).

Difícil de creer, pero de acuerdo a Tsunami LATAM (el mayor estudio comparado hecho sobre la madurez en la región), en los próximos 30 años el porcentaje de latinos mayores de 65 se duplicará, alcanzando el 18 por ciento.

Silver. Usando la metáfora de las canas, ahora los adultos senior se sienten orgullosos de llevar la cabeza plateada.

Está claro que ya estamos viviendo más tiempo. En la Argentina de 1960, la esperanza de vida al nacer era de 65 años. Hoy es de 76. Este aumento se debe a los avances en salud, que incluyen la popularización de los antibióticos y las campañas de vacunación que neutralizaron enfermedades que antes eran mortales.

Hay un dato complementario: las tasas de natalidad vienen en baja en los últimos 40 años.

El resultado: una sociedad donde crece menos el sector infantil y juvenil y, en cambio, se ensancha el territorio de los adultos mayores.

Por lo tanto, es razonable que nos empecemos a preguntar cómo vamos a transitar este período de nuestras vidas, también referenciado como “revolución senior”.

Según Tsunami LATAM, hay consciencia de que podemos vivir no sólo más, sino mejor: el 21% de la gente cree que puede llegar a los 100 años y ocho de cada diez ya planean cómo vivir los momento difíciles de la ancianidad para no depender de nadie.

Según una encuesta, en Latinoamérica, el 21% de la gente cree que puede llegar a los 100 años.

“Gracias a la ciencia, vivimos más y mejor”, confirma Gaba Najmanovich, consultora y analista de tendencias de consumo y marketing.

“Antes, a los 60, los humanos ya éramos viejos, pero hoy, incluso después de la jubilación, se sigue construyendo una vida, no empieza la pasividad.

De hecho, en los países nórdicos o en Suiza, ya se habla de retrasar la edad de retiro, justamente porque conservamos nuestras habilidades y capacidades por más tiempo .

Es que tanto la cognición como las habilidades físicas se mantienen sólidas hasta muy pasados los 70”, apunta Najmanovich.

Belleza. Contra el “edadismo autoinflingido” : no ceder a la discriminación por edad y mostrarse vital.

¿Todos envejecemos igual?

Lo primero que debemos preguntarnos es de qué hablamos cuando hablamos de tercera edad y por qué hoy las definiciones clásicas, a la luz de las fluctuaciones de los ciclos vitales en la sociedad moderna, pueden resultar obsoletas.

“El término tercera edad, que estuvo de moda para referirse a las personas mayores, no surge como denominación para ellas, sino que nace como mirada social de los años en relación al mercado de trabajo, que va a necesitar dividir a la sociedad según el sistema productivo: estudio, trabajo y retiro”, explica Julieta Oddone, socióloga y directora del Programa Envejecimiento y Sociedad de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

“Hay un momento en que se pretende remozar la fuerza de trabajo y es cuando se crea la idea de jubilación, y con eso se va a definir a la tercera edad o la edad del retiro, pero que en realidad no determina ni la vejez ni el envejecimiento”, contextualiza.

Hoy podemos hablar de “vejez diversa”. Las trayectorias no están atadas a las edades como en el pasado, y los roles y expectativas se han flexibilizado. En este sentido, Oddone señala que no podemos hablar de la vejez ni de la tercera edad de una forma normativa e igual para todos.

“En realidad, la vejez es el producto de una historia biológica, pero también de una historia biográfica”, advierte.

“Es decir, depende del desarrollo de la vida en un contexto histórico y social, en una familia determinada, en una situación de pobreza o riqueza, en un ámbito rural o urbano, según las cargas de trabajo que se han tenido… De todo esto resultan distintas maneras de envejecimiento. De ahí el concepto de diversidad en el envejecimiento o envejecimiento diferencial. No existe una vejez uniforme dada la variabilidad que se registra en el proceso”, señala Oddone.

Emma Thompson, actriz silver. A los 63 se animó al desnudo en la película “Buena suerte, Leo Grande” (2022).

El momento es hoy

En la Argentina contamos con una expectativa de vida proyectada para el año 2050 que llega a 82 años.

“La generación X –que abarca a los nacidos en las décadas del ’60 y el ’70– es la primera que tiene ciento por ciento de conciencia de que puede llegar a vivir ochenta años. Entonces, por ende, somos la primera generación que debería estar preparándose para eso. Pero de eso todavía no se habla. ¿Por qué? Porque envejecer es uno de los grandes tabúes que persisten en nuestra época”, advierte Miriam De Paoli, cofundadora de No Pausa (start up dedicada a generar soluciones para el climaterio/ menopausia) y de Data8, (think tank latino-americano que estudia la longevidad en la región).

En la Argentina contamos con una expectativa de vida proyectada para el año 2050 que llega a 82 años.

De Paoli plantea que no estamos hablando de un futuro todavía conjetural sino del presente más rabioso: “Ya estamos viviendo más tiempo y es ahora que tenemos que acompañarlo con mayor calidad de vida”.

Marketing de plata

Si la economía en torno a la Generación Silver fuera un país, hoy sería la tercera del mundo, detrás de la de los Estados Unidos y la de China, según el estudio Tsunami LATAM, y el 40% del consumo mundial corresponde a mayores de 65.

Pese a esto, el marketing senior sigue siendo deficiente –por no decir malo–, y sólo una minoría de las publicidades muestra a personas mayores.

La cultura continúa siendo gerontofóbica, a tal punto de que dos de cada diez latinoamericanos de más de 45 años no se ven representados en el universo de la comunicación y del entretenimiento, también de acuerdo al mismo estudio.

La cultura continúa siendo gerontofóbica, a tal punto de que dos de cada diez latinoamericanos de más de 45 años no se ven representados en el universo de la comunicación.

A su vez, una investigación de 2019 del Geena Davis Institute encontró que sólo el 7% de las publicidades que se presentaron en el Festival Cannes Lions tenían protagonistas mayores de 60 años. Los que más se mostraban, además, eran hombres.

“Hay un trabajo sobre estereotipos de vejez“, aporta Najmanovich, quien asesora a empresas en estas cuestiones.

“Esto implica replantearnos también ideales rígidos como el elogio a la juventud. Al tener la posibilidad de observar a adultos activos, deportistas, cancheros, independientes y hábiles, podemos rediseñar el imaginario de lo que puede ser envejecer”.

Y agrega: “La idea del adulto mayor que necesita ayuda y depende de otros ya perdió vigencia. Rebeldes como Iris Apfel, la diseñadora estadounidense de 101 años que es ícono de la moda, también tienen su parte en esta reconstrucción. Las marcas recién ahora se animan a poner en afiches pelos blancos, sobre todo de mujeres”.

Viejos son los trapos

Se denomina “edadismo” a la discriminación por razones de edad. Según un informe elaborado por las Naciones Unidas, una de cada dos personas muestra actitudes “edadistas”.

La socióloga argentina Mercedes Jones, quien integra el Movimiento Iberoamericano StopEdadismo, señala que este tipo de comportamiento negativo puede ser autoinflingido, en tanto tambien surge de quienes se muestran como los “viejitos” que los otros quieren ver.

“La longevidad positiva es un camino a explorar, no hay senderos ni recetas, y como dicen los especialistas de la Universidad de Stanford, en este momento estamos cartografiando el nuevo mapa de la vida. Nos demos cuenta o no, cada uno de nosotros tenemos altas probabilidades de ser longevos y esta es una aventura individual, familiar y colectiva”, asegura.

Al grito de “¡Viva la Longevidad!”, el Movimiento Iberoamericano StopEdadismo trabaja para concientizar sobre la discriminación que se sufre por la edad, que se suma a las padecidas por el sexo, la clase social, el peso corporal y las discapacidades.

Pareja silver. Moria Casán (76) y Fernando “Pato” Galmarini, de 80 años. Ella confiesa tener sexo con su novio.

“La innovación silver es como una cascada plateada que va transformado el concepto que teníamos de la vejez, gris y negativo, para poner en primer plano el de la madurescencia, ya no el de la vejez y la decadencia”, aclara Mercedes Jones.

Y agrega: “Yo recomiendo hablar de la cuarta edad, y hasta de quinta edad: la tercera edad ya nos queda corta. Las personas súper longevas están acá: no necesitamos ir a las zonas azules (lugares donde la esperanza de vida es más larga), para ver a personas de más de 100 años. En la Ciudad de Buenos Aires hay miles, según un estudio de 2018 de la Universidad Católica Argentina”.

Tecno sexo

La potencia de la Generación Silver se expresa, por ejemplo, en el campo de las relaciones de pareja.

Las apps de citas hallaron una veta de rentabilidad y crecimiento asociada a los seniors que buscan aventuras románticas y sexuales, pero en entornos digitales más amables.

Como una reacción a este escenario, cuarenta y cinco aplicaciones del rubro, entre las que se encuentra Tinder y OKCupid, se aglutinaron en Ourtime, un portal de citas que se caracteriza por apostar al nicho de la nueva madurez.

Es que según un estudio de la consultora norteamericana Choice Mutual de 2021, al menos un tercio de las personas mayores de 55 años tuvo citas a través de servicios virtuales en los últimos cinco años.

Según una consultora norteamericana, un tercio de las personas mayores de 55 años tuvo citas a través de servicios virtuales en los últimos cinco años.

Buscando diferenciarse de las apps que normalmente usan los millennials, Ourtime ofrece perfiles verificados y mayor soporte y asistencia, garantizando la discreción y la seguridad como atractivos.

“Estamos viendo por primera vez a una generación mayor que se anima a hablar de un placer sexual no reproductivo”, explica Miriam Di Paoli, de No Pausa. “Personas para las que el paso del tiempo no significa la muerte en vida de cosas que hacíamos cuando, entre comillas ,éramos jóvenes”.

Lo que esto deja claro es que ni el climaterio ni la andropausia clausuran el deseo y el placer.

Una mujer podrá dejar de ser reproductiva, pero eso no significa dejar de ser productiva, mucho menos dejar de sentir deseo y de ser deseada. Hoy día ya es bastante más común encontrar oferta y servicios para esa sexualidad madura. Hay varias iniciativas en Europa y en los Estados Unidos mirando exactamente ese público, que muchas veces busca el placer sexual, pero también compañía, una persona para hablar, para charlar”, concluye Di Paoli.

Mujeres que desean

Y si de resignificar el erotismo y la sexualidad post-60 se trata, hay dos series recientes que hablan de esto. Una es Grace and Frankie (Netflix), protagonizada por las estrellas Jane Fonda (84) y Lily Tomlin (83), en la que las protagonistas fundan una compañía de vibradores para mujeres mayores con problemas de movilidad.

Otra es Julia (HBO Max), sobre la vida de la cocinera Julia Child, en donde se muestra el amor, la sexualidad y el erotismo en la edad adulta (y post menopausia) con total naturalidad, abonando la idea de que se puede seguir siendo relevante, trabajar, crear y disfrutar aún en la madurez.

El problema, una vez más, radica en los estereotipos. Según un estudio de la marca Dove realizado en 10 países, incluido la Argentina, el 93% de las mujeres cree que la sociedad tiene ideas equivocadas sobre ellas cuando tienen más de 50 años. A saber:

  • “No son productivas para la sociedad” (71%).
  • “No disfrutan del sexo” (72%).
  • “No se preocupan por su aspecto físico” (70%).
  • “No tienen una vida social activa” (69%).

Asimismo, el 91% de las argentinas cree que es tiempo de que la sociedad cambie su manera de ver a las mujeres y el envejecimiento, con una mayoría orgullosa de decir su edad.

Menopausia no es pausa. El climaterio no es sinónimo de perder el deseo.

Mirar en positivo

Algo de esperanza puede encontrarse en la reciente reivindicación del paso del tiempo en algunos ámbitos como los de la moda y la belleza, con el uso de las canas, el movimiento “age-positive” (ver hashtags como #agepositive o #sistersilver) y los modelos de la tercera edad.

La cultura pop, lentamente también acompaña, si pensamos en el éxito de series como las ya mencionadas, a las que suma la perspectiva masculina del asunto con El método Kominsky, producción de Netflix protagonizada por Michael Douglas(77), sobre un actor silver que se niega a perder su lugar en la industria del espectáculo.

La vigencia en Hollywood del comediante Larry David (75) y de la actriz Helen Mirren (77), o aquí de Mirtha Legrand, quien a los 95 años ha regresado con su clásico programa de televisión, permiten abrir esperanzas de que la cultura del edadismo empieza a retroceder, también en el show business.

Yo me muestro

Los boomers (quienes fueron jóvenes en los ’60) también se han vuelto tendencia en plataformas jóvenes como TikTok. Es que si sumamos que son personas experimentadas, con buena salud física y mental, y sobre todo, tiempo disponible, la ecuación es evidente.

Ya lo explicaban desde el New York Times hablando de los abuelos de TikTok “Grandfluencers”, un fenómeno de redes en el que tanto hombres como mujeres mayores comunican, muestran su día a día y marcan tendencia.

¿Quiénes son ellos? Desde figuras de la moda como la ya citada diseñadora centenaria Iris Apfel, hasta personas comunes y corrientes como los Old Gays, un grupo de cuatro varones de más de 60, homosexuales y amantes del nudismo, que hablan de sus novedades –recuperación de operaciones, problemas de salud y otros–, y graban videos con miles de vistas.

Otro colectivo es Retirement House, un grupo mixto e interracial de personas de más de 70 años, que graban videos graciosos, con canciones de moda y bromas.

Preparar(se) el futuro

Si no existe una vejez normativa, sino que depende del contexto personal (variable) y social (en constante cambio), a lo que estamos asistiendo es a una puja generacional por los recursos de la cual todavía no se habla demasiado.

Sobre esto opina Miriam De Paoli: “Hoy, a los 65 años, una persona se siente muchas veces en el auge de sus capacidades. Pero tiene que dejar espacio para los que están viniendo. ¿Cómo vamos a lidiar con ese tema en el futuro? Una persona de 80 años se va a reinventar por lo menos tres veces”.

Esta realidad se inserta en otra, la de las leyes laborales, que también está en el foco del debate.

Los que tenemos 40 o 50 años ya no vamos a poder jubilarnos de la manera tradicional, y con el aumento de la expectativa de vida vamos a necesitar generar plata por más tiempo, pero también vamos a tener que imaginar cómo va a ser ese espacio que vamos a ocupar en relación al mercado de trabajo. Esta puja intergeneracional por los espacios es para mí uno grandes temas de las próximas décadas”, apunta De Paoli.

Vale resaltar que la empleabilidad de los adutos mayores baja a medida que aumenta su edad, sin corresponderse necesariamente con sus capacidades reales o, incluso, con su potencial.

“Durante la pandemia, los trabajadores de más de 50 años han tenido una mayor incidencia en el desempleo. Y, además, a alguien de esta edad se le hace más difícil encontrar otro puesto laboral. Digamos que suelen ser desempleados de larga duración”, explica Julieta Oddone, la socióloga de FLACSO.

Otros datos para tener en cuenta: el 25% de quienes trabajan en la Argentina son +50, pero 8 de cada 10 búsquedas laborales excluyen a los +45. ¿Qué hacemos con esta falta de sincronía entre oferta y demanda?

El 25% de quienes trabajan en la Argentina son +50, pero 8 de cada 10 búsquedas laborales excluyen a los +45.

Mi cuerpo, mi decisión. Actitud “age positive”, que se complementa con gym.

Por eso, hablamos mucho de la sabiduría senior, pero resta ver si el mercado sabe qué hacer con esa sabiduría. Mientras se ve una apertura en el debate, también atravesamos una constante paradoja: vivimos más, pero a su vez estigmatizamos y marginamos a la sociedad envejecida.

Quizás una clave para pensar esta nueva madurez del siglo XXI es entender que cumplir 60, 70 u 80 ya no marca el fin de nada, y que de hecho, puede ser el comienzo una nueva etapa desde el autoconocimiento, la experiencia, el goce y la proyección.

“No es que las personas no puedan trabajar a los 70 u 80. Por el contrario, muchas lo hacen. Lo que hay que ver es si el sistema económico y el mercado laboral admiten esta mano de obra. Las sociedades en sí mismas no se han pensado ellas mismas como viejas. Hubo viejos en todas las sociedades, pero ésta es la primera vez en la historia que las viejas son las sociedades, y las sociedades aún no están a la altura de los silver que vendrán”

cierra Oddone.

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El crecimiento de la Economía Silver en el mundo

La ‘silver economy’ se consolida como una oportunidad paradesarrollar nuevos modelos de atención al cliente.

El ‘contact center’ se perfila como el orquestador de nuevos servicios y modelos de negocio para ‘silvers’ o ‘nuevos jóvenes’

En Madrid el envejecimiento de la población ocupa un espacio propio en el debate y la agenda pública, ya que los mayores de 50 años suponen más de un tercio de la población en España, lo que llevará a una nueva concepción en el diseño de servicios para la conocida como ‘silver economy’.

El envejecimiento de la población ocupa un espacio propio en el debate y la agenda pública, ya que los mayores de 50 son un colectivo que generó más de 325.000 millones de euros de valor añadido al PIB español en 2019, de acuerdo a un estudio del Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cenie), Oxford Economics y la Universidad de Salamanca difundido por Minsait, una compañía de Indra.

Así, este envejecimiento progresivo requiere que se desarrollen servicios relacionados con la salud, la dependencia, las opciones residenciales para mayores o la soledad, ya que, además de tener mayor esperanza de vida, la ciudadanía busca mayores estándares de calidad.

Precisamente, el próximo 1 de octubre, la ONU celebra el Día Internacional de las Personas de Edad, donde se recordará la necesidad de construir una sociedad para todas las generaciones y con las máximas garantías, con la capacidad para afrontar los próximos retos sociales y demográficos.

Además, España ya es la segunda sociedad más longeva del mundo –solo por detrás de Japón, según la OCDE– y se espera que, para 2050, la generación española comprendida entre 50 y 70 años suponga el 50% de la población y cuente con importantes recursos económicos.

Dentro de este ecosistema social y económico que es la ‘silver economy’ (término acuñado por la OCDE), este colectivo, también conocido como ‘nuevos grandes jóvenes’, ha surgido con la
necesidad de desarrollar productos y servicios fuertemente personalizados y adecuados a esta nueva etapa de la vida donde prima la calidad, el ocio, el envejecimiento activo y un soporte
adecuado para las necesidades familiares y de dependencia.

Según el II Barómetro del Consumidor Senior elaborado por la Fundación Mapfre, los ‘silvers’ constituyen un colectivo con un elevado poder adquisitivo, un alto nivel de digitalización, una
demanda exigente en sus gustos y expectativas, y un papel activo en el mercado turístico.

Sus conclusiones hablan también de ciudadanos que buscan servicios de calidad para atender a las personas dependientes a su cargo, que contratan una diversidad de seguros para su familia (98%) y que residen, más de la mitad de ellos, en municipios de menos de 50.000
habitantes, planteando de forma adicional la necesidad de diseñar servicios cada vez más ubicuos y que van mucho más allá de las áreas metropolitanas.

LA PROPUESTA DE MINSAIT

Tomando en cuenta estas variables, Minsait, una compañía de Indra, propone una nueva concepción en el diseño de servicios a partir de cinco ejes: la personalización, la descentralización y ubicuidad, un fuerte componente tecnológico, un modelo de atención orientado a toda la unidad familiar (en lugar de a un individuo) y la articulación de un modelo de acompañamiento continuo, donde sistemas como el ‘contact center’ permitan orquestar los diferentes roles y actores implicados, así como un conjunto enriquecido de servicios.

Del mismo modo, las necesidades de este colectivo y su creciente importancia abren nuevas posibilidades en la prestación de productos y servicios en distintos ámbitos: servicios de salud, aseguradoras, asesorías, soluciones residenciales, actividades de ocio, telecomunicaciones, etcétera.

A modo de ejemplo, frente a las tradicionales residencias para mayores surgen conceptos como ‘silver living’ o ‘cohousing’, viviendas colaborativas que requieren de empresas especializadas para la gestión de servicios.

Así, también se prevé que las limitaciones físicas dejarán de ser un obstáculo para tener coche gracias al desarrollo de vehículos autónomos y que aumente el consumo de productos relacionados con el cuidado personal y la cosmética.

Por otro lado, el mercado del ocio y bienestar se está transformando con la utilización de apps que permiten desde la realización de viajes virtuales hasta encontrar pareja. En definitiva, existe toda una propuesta tecnológica para este colectivo bajo las siglas ‘age-tech’, que abarca desde nuevos usos de la inteligencia artificial, la expansión de la domótica hasta la creación de dispositivos médicos ‘wearables’ para facilitar el control y seguimiento de pacientes.

La aparición de esta nueva demanda requiere de plataformas que centralicen y posibiliten estos modelos de prestación de servicios en desarrollo. Por ello, un ‘contact center inteligente’ puede desempeñar el papel principal en la orquestación de todos los actores implicados, siendo de especial relevancia en lo relativo a cuidados personales, dependencia, supervisión médica y asesoría.

No obstante, los nuevos modelos de atención requieren más factores como, en primer lugar, la adopción de un esquema omnicanal completo, ya que la capacidad de atención y gestión unificada a través de todos los canales disponibles serán la base para el diseño de un nuevo
‘customer journey’ enriquecido y dinámico, donde las experiencias podrán ser contextuales en función de la información recibida en cada momento.

De este modo, se espera que tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) se sumen como nuevos canales de contacto, facilitando la interacción entre humanos y nuevos dispositivos.

Otra de las variables a tener en consideración es el enrutamiento predictivo. Esta función aporta la capacidad para analizar toda la información necesaria en cada momento e informar a las personas o entidades correctas ante cualquier eventualidad que requiera su intervención inmediata de forma presencial o digital, elemento clave para servicios de seguridad y de salud.

Adicionalmente, la gestión emocional cobra especial relevancia con lo que este nuevo ‘contact center’ incorpora tecnologías como ‘speech analytics’ para detectar el estado anímico del interlocutor y reconocer la necesidad de movilizar a un terapeuta o activar programas y servicios específicos para potenciar el acompañamiento y la capacidad de respuesta.

Así, se debe valorar la necesidad de adoptar e integrar nuevos modelos de gestión de la relación con el cliente (CRM, por sus siglas en inglés) que sean capaces de gestionar de forma global a la ‘unidad familiar de base’ en lugar de a individuos aislados, incorporando figuras de especial relevancia como los cuidadores.

Bajo este modelo, los servicios deberán poder ser contratados en modelos de pago por uso, sin limitaciones, con absoluta flexibilidad y con la capacidad de ser organizados en base a las necesidades familiares.

Otros cambios que se prevé es la redefinición de los segmentos objetivos para las campañas de marketing desplazando el target actual desde los 20-60 años a los 30-70 años. Además, la utilización generalizada de la IA afectará a todos los modelos de atención, convirtiéndose en un motor de creación de nuevas experiencias interactivas.

Esta tecnología también incorporará esquemas de aprendizaje autónomo para adaptarse a entornos específicos cada vez más dispares y cambiantes y ostentará la capacidad de gestionar emociones.

Finalmente, para garantizar la seguridad de la información, la plena disponibilidad de los servicios y el acceso ubicuo a los mismos será necesaria la adopción del ‘cloud’, que además de ser los motores de esta transformación y cambio, supondrán también un ahorro de costes a la hora de llevarlos a cabo.

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Cómo convertir la edad madura en una ventaja

Los consejos de Simone de Beauvoir.

Reflexionando sobre el futuro antes de la pandemia, Salim Ismail , el fundador de Singularity University, destacaba el impacto de una mayor longevidad en la sociedad a todos los niveles.

“Estamos agregando tres meses a nuestras vidas por cada año de calendario: En una década o dos, o tres, la ciencia descubrirá tratamientos que pueden permitirles vivir por mucho tiempo, y eso afectará al empleo, las familias, la planificación de la jubilación… será un fenómeno inédito en la sociedad”.

En otras palabras, la mayoría vivirá más de cien años, lo que será necesario por parte de todos hacer planes para la segunda mitad de nuestras vidas. Los gobiernos tendrán que retrasar la edad de jubilación e inevitablemente el acceso a una pensión estatal. Supongo que esta suposición sigue siendo válida después de la pandemia.

La edad adulta o tardía, referida comúnmente como vejez, aunque me parece más respetuoso hablar de senectud, puede ser vista como un regalo y como una oportunidad. Una destacada filósofa y escritora contemporánea que se ocupó de este fenómeno fue Simone de Beauvoir (1908-1986), precursora del feminismo moderno.

Cuando Beauvoir publicó La Vejez en 1970, la estimación de vida para los ciudadanos de Francia era de 65 años. Los planes de pensiones, como producto financiero, no estaban disponibles. tampoco existieron residencias para la tercera edad, y algunos ancianos que padecían alzhéimer o demencia senil eran ingresados ​​en clínicas psiquiátricas, a veces junto a pacientes que sufrían trastornos mentales severos.

Beauvoir aborda el tema de la senectud desde una perspectiva filosófica parecida a la que adoptan otros pensadores. Por ejemplo, Montaigne explicó que llegar a ser mayor es un “privilegio” y un “gran favor” que se nos da. El filósofo francés del siglo XVI, que contaba en sus diarios cómo en una ocasión estuvo al borde de la muerte, animaba a sus lectores diciéndoles:

“La muerte es tan solo un mal momento al final de nuestra vida”.

Y añadía:

“Si no estás preparado para afrontar la muerte, no te preocupes; la Naturaleza te enseñará cuando llegue la ocasión, completa y adecuadamente. Hará el trabajo por tí, no te preocupes al respecto”.

Séneca y el sentido de la vida

Por su parte, Séneca , el pensador de la Roma antigua, que fue preceptor de Nerón hasta que el emperador le obligó a suicidarse, insistía en dar sentido a la vida durante todas sus etapas, especialmente la senectud, en adquirir conciencia de nuestra experiencia, aunque albergaba dudas sobre la posibilidad de conseguirlo.

Como estoico, sostenía la conveniencia de despegarse de las cosas materiales y fortalecer la entereza de espíritu. Explicaba que si uno se siente deprimido o aburrido cuando se retira, basta con mirar alrededor y asombrarnos de cuán variado y sublime es nuestro mundo. Séneca confiaba en el consuelo que procuraba la contemplación de la naturaleza. Pero también insistía en la necesidad de tomar parte activa en el conocimiento de las cosas y de dar sentido a la vida propia.

La actitud optimista de Cicerón

Por su parte, Cicerón , el pensador y senador romano, tiene una actitud abiertamente optimista ante la senectud. Explicaba que podemos compensar el declive de nuestras facultades físicas ejercitando las mentales e intelectuales. Utilizaba la analogía del capitán de una nave, generalmente mayor que su tripulación, al cual respetan por sus méritos y conocimientos, aunque no sea capaz de subirse al mástil como haría el grumete más joven.

En el caso de Beauvoir, el enfoque sobre el fenómeno de la senectud es distinto, y utiliza la misma aproximación que cuando trata el feminismo. De hecho, Beauvoir explicó que La vejez era el contrapunto de su obra clásica, El segundo sexo , aunque estructurado de una manera muy parecida.

En su opinión, aunque la senectud es una edad de declive biológico, no entraña por sí mismo un sentimiento de opresión. Es más bien el significado que la sociedad atribuye a las últimas etapas de la vida lo que la hace opresiva. De forma análoga a cómo sucede con las mujeres, los viejos son “los otros”. En su opinión, se trata de un significado puramente cultural, que cada sociedad atribuye en función de sus prácticas y costumbres.

Respeto reverencial a los mayores en algunas culturas

Por ejemplo, explica Beauvoir, en algunas civilizaciones los mayores reciben un respeto casi reverencial, porque son los interlocutores con los dioses y los depositarios del legado de antiguas generaciones.

En países de Asia Oriental como China y Japón se percibe claramente este respeto hacia los mayores en el protocolo de actos sociales, el tratamiento formal e incluso en las iniciativas destinadas a su atención y cuidado.

Sin embargo, en las sociedades capitalistas –aquí se pone de relieve la visión marxista de Beauvoir–, donde existe una evolución y cambio rápidos, y se transforman velozmente las circunstancias en el trabajo y las empresas, poseer experiencia pierde su valor, y los jubilados sin una ocupación que genere rentabilidad para el capital pierden su identidad social.

Y agrega que la jubilación raramente oportunidades proporciona para desarrollar una identidad personal. Mas bien, durante el retiro los jubilados “pierden el lugar en la sociedad, pierden su dignidad y casi la existencia”. Y concluye que el tratamiento hacia los mayores revela el fracaso de nuestra civilización.

Desgraciadamente, durante la pandemia hemos comprobado el tratamiento marginal que se da a los mayores en muchos casos. Sin embargo, cincuenta años después de la publicación de La vejez , hay que reconocer que las condiciones para la tercera edad han mejorado decididamente en los países desarrollados.

La esperanza media de vida se sitúa entre los 70 y 73 años, como comentaba, gracias a los progresos de la medicina, de la biología y la tecnología. Cada año natural ganamos tres meses más de vida, y eso sin contar con que se produciría algún gran salto o descubrimiento que prevenga o retrase los efectos de patologías como el cáncer, lo que prolongaría mucho más nuestras Vidas.

Tres grandes cuestiones que hay que afrontar

No obstante, a pesar del alargamiento de las expectativas de vida, y el consiguiente retraso de la edad de jubilación en muchos países, todavía existen al menos tres grandes cuestiones que terminaron a la población sénior y que no parecen resultados satisfactorios.

  • En primer lugar, reinventar la idea de jubilación y los planes de pensiones, así como rediseñar el sistema de asistencia a los mayores para que les proporcione una vida digna y satisfactoria.Los sistemas de pensiones y el cálculo de las edades de jubilación fueron diseñados en otra época, y los expertos coinciden en su inviabilidad. Como he propuesto en mi libro Global Leaders , una de las soluciones a la reinvención de la jubilación sería pensar, para los mayores de 65 años, en trabajos con dedicación flexible, parcial, enfocados a sus habilidades características, que se combinan con programas de formación para adaptarse al nuevo entorno de las tecnologías. Las empresas pueden participar muy activamente en estas iniciativas, que no deben entenderse únicamente como una competencia de los gobiernos.Una de las características que más admiro de las empresas de China o Japón es el respeto que mantienen por los trabajadores jubilados, a los que en ocasiones asignan específicamente un vicepresidente o un departamento corporativo, así como recursos específicos para su atención y cuidado.
  • En segundo lugar, otro de los retos para las empresas es la integración de las distintas generaciones dentro de la cultura organizativa, y el desarrollo de sinergias que combinan el talento complementario entre ellas.Dentro de pocos años, el retraso de la edad de jubilación resultará en la convivencia de cinco o más generaciones dentro de la misma empresa, y supondrá una amenaza, o quizás una oportunidad, para los gestores del talento y para la alta dirección.Una solución a este reto pasa por la educación, la formación continua y la formación interna en la empresa. Esa formación es la que puede facilitar la recuperación de la identidad personal, que echaba en falta Beauvoir, y con ella el respeto social. Un tipo de programa que veremos crecer en este contexto es el “ reverse mentorship” (mentores inversos), donde trabajadores jóvenes asesoran a los mayores sobre habilidades digitales, manejo de la tecnología o de las redes sociales, así como las nuevas formas de aprender y entender el mundo de las nuevas generaciones. En reciprocidad, los mayores trasladan su experiencia, su saber y su red .
  • El tercero de los retos es la implementación de una cultura de inclusión, donde los estilos, ideas, modas o visiones de la población más sénior formen parte del mainstream cultural de la sociedad. Por utilizar un ejemplo concreto, podrían promoverse más representantes de generaciones mayores en los anuncios de moda o de productos de consumo, o en películas de cine, novelas y otros productos culturales que no estén relacionados únicamente con el disfrute del retiro o con productos médicos.Creo que esta integración se producirá de manera natural, y no hace falta tomar medidas extraordinarias, porque la inversión de la pirámide demográfica, en la mayoría de los países desarrollados, resultará en un cambio de la población de consumidores de todo tipo de productos.Las empresas que quieran tener éxito tendrán, no obstante, que adapten sus productos y servicios a este segmento del público.

Gracias al movimiento feminista, impulsado por filósofas como Beauvoir, las diferencias entre hombres y mujeres, en la sociedad y en el trabajo, se han reducido con mucho, aunque todavía queda mucho por hacer.

¿Será necesario un movimiento similar para la integración social plena de la tercera edad, o incluso una revolución encabezada por líderes senior? Quizás la exigencia reciente de contar con más oficinas bancarias físicas para atender a los mayores sea una manifestación de esta reivindicación.

¿O quizás necesitamos más filósofos como Beauvoir, Cicerón, Montaigne o Séneca, que formulen soluciones para la integración social de los veteranos?

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¿Cómo “vivir el presente” en la madurez?

Vivir el presente es más difícil en la madurez porque nuestra mente se empeña en enfocarse en nuestro pasado, que a veces nos mortifica con aflicciones y arrepentimientos, o en nuestro futuro, que nos crea miedo y ansiedad por cosas que, a lo mejor, nunca sucederán.

Dos ejercicios y una “receta diaria”.

Como dice Eckhart Tolle en su libro “El poder del ahora”, vivir en el presente es importante en todas las etapas de la vida y vale la pena porque el “ahora” es lo único que tenemos y es real.

Sin embargo, cuando estás transitando la Tercera Edad, o sea desde que cumpliste sesenta años y antes de que te consideres y actúes como viejo/a (Cuarta Edad), vivir el presente tiene mucha mayor significación y es aún más difícil.

La mayor significación resulta que el tiempo pasa más rápido y, por ende, no podemos dejar de aprovechar cada día.

Tengamos presente que la infancia es una época de días largos donde se acumulan las impresiones nuevas, las experiencias que son novedades. Cuando somos niños son todas las primeras veces, las primeras cosas. Todo lo que ocurre nos sorprende.

Cuando somos niños, a los diez años, un año nos parece muy largo porque es la décima parte de nuestra vida (o menos aún desde la conciencia).

En cambio, si tenemos 60 años, un año es la sexagésima parte de nuestra vida, y nos pasa muy rápido. Los días se aceleran.

Además, en la madurez, pocas cosas nos sorprenden y a veces vivimos como en un permanente “deja vú” porque los días se han ido repitiendo bajo distintas capas pero con los mismos contenidos.

Y vivir el presente es más difícil en la Tercera Edad porque nuestra mente se empeña en enfocarse en nuestro pasado, que a veces nos mortifica con aflicciones y arrepentimientos, o en nuestro futuro, que nos crea miedo y ansiedad por cosas que, a lo mejor, nunca sucederán.

La clave para vivir el presente es estar muy atentos a nuestro cuerpo, a nuestras emociones, a nuestros sentimientos, a nuestros pensamientos y dedicarnos a contemplar todo lo que nos rodea y lo que aparece en nuestro camino.

Es fundamental atender al “proceso”, que es el presente donde estamos la mayoría del tiempo, más que al “resultado”, que está en el futuro y cuando llega, dura un instante antes de buscar otro objetivo.

Un primer ejercicio consiste en hacer de cuenta que estamos de viaje, en un lugar nuevo que no conocíamos, donde los días se hacen muy largos y está comprobado que una semana afuera equivale a un mes en nuestra casa. Es que en los viajes tenemos los “poros abiertos” y nuestros sentidos están atentos a todas las percepciones.

En cambio, en la rutina, vivimos como sonámbulos, en “piloto automático”, viendo pasar los días sin disfrutarlos.

Un segundo ejercicio es el de vivir cada momento como si fueras alguien que ya ha muerto a quien se le permite regresar al mundo de los vivos para volver a vivir su vida por un día. ¡Seguro que lo aprovecharías al máximo de la mañana a la noche!

Además de eso, la “receta diaria” que te propongo, que no es propia sino tomada de estudiosos y especialistas, busca ayudarte a construir una “rutina del presente” y es la siguiente:

1. -Despierta unos minutos antes de la hora de levantarte para tomar conciencia de la dicha de estar vivo.

2.-Haz todo despacio, sin prisa, sin pensar en lo que sigue y disfrutando lo que tenés entre manos.

3.-Observa atentamente, al andar por la calle, a cada cosa y a cada persona que aparecen a tu lado como si fuera la primera vez.

4.-Trata como ‘personas’, y no como cosas del paisaje, a quienes te rodean, a los que ves en la calle, a los que te atienden diariamente

5.-Descubre y contempla la belleza del mundo que te rodea. Encuéntrala en tu casa, en tu barrio, en tus tareas, en tu ciudad.(sacar fotos es buen ejercicio).

6.-Ayuda a quien veas en la calle que lo necesita. Haz un acto solidario, una acción para un ‘mundo mejor’.

7.-Conoce gente nueva. Conversa con desconocidos.(utiliza técnicas de acercamiento)

8.-Busca cosas, temas y lugares nuevos. Cambia tus rutinas.

9.-Dedica un tiempo para llamar por teléfono o para encontrarte y charlar con un amigo. En lo posible, con alguien que hace mucho que no ves.(hacete un listado)

10.-Escucha atentamente e investiga ideas nuevas o distintas a las tuyas. Busca superar prejuicios.

11.-Haz las tareas que te toquen de la mejor forma posible de modo de que sean útiles y puedas sentirte orgulloso/a.

12.-Permítete un momento para “fluir”, jugar, cantar, bailar, relajarte y/o gozar.

13.-Di “te amo”. Abraza y besa a tus seres queridos.

14.-Sonríe todas las veces que sea posible.

15.-Agradece, pide permiso y discúlpate según corresponda.

16.-Busca un momento de interioridad, de reflexión, de oración y/o de meditación para estar con vos mismo/a.

No pretendo que desde mañana practiques los ejercicios y cumplas todos los pasos de la “receta diaria”, pero sí espero que reflexiones sobre el tema y que, de a poco, vayas restando lugar en tu mente al pasado y al futuro, y dando mayor lugar al presente en tu vida.

En definitiva, que puedas cumplir la máxima del poeta Horacio

“Aprovecha el día. No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños…”.

“CARPE DIEM”.

PD. Podés encontrar otras notas sobre mayores de 60, además de cuentos, crónicas y frases en este blog: eduardofavierdubois.blogspot.com