extender la longevidad

El hallazgo que permitirá “mejorar la calidad” de vida y “extender la longevidad”

Investigadores definen nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer

Dos estudios dirigidos por Carlos López-Otín y Guido Kroemer, de las universidades de Oviedo y París, han definido tres nuevas características moleculares y celulares que contribuyen causalmente al envejecimiento humano. Además, en un trabajo paralelo, ambos investigadores han introducido el concepto de metaclaves en el ámbito biomédico y han definido cuatro determinantes comunes al envejecimiento y al cáncer. Estos dos procesos son ampliamente considerados como antagónicos, pero el artículo demuestra que poseen algunos mecanismos equivalentes.

En un estudio publicado el martes 3 de enero en la revista americana ‘Cell’, un grupo de investigadores coordinado por los doctores Carlos López-Otín y Guido Kroemer y que incluye a los doctores Manuel Serrano (IRB, Barcelona), María Blasco (CNIO, Madrid) y Linda Partridge (Instituto Max Planck, Colonia) concluyen que el envejecimiento surgiría de un compendio de doce procesos moleculares que de manera conjunta contribuyen decisivamente al deterioro celular y funcional asociado al paso del tiempo.

Hace una década, estos mismos investigadores definieron por primera vez las denominadas claves del envejecimiento publicadas en un artículo titulado ‘The hallmarks of aging’ (‘Cell’, 2013). En este primer estudio, los autores presentaron una visión integradora de las numerosas alteraciones subyacentes al desarrollo del envejecimiento agrupándolas en torno a nueve factores comunes clasificados en tres categorías: primarios, antagonistas e integradores.

Las 12 claves moleculares y celulares del envejecimiento

Los factores primarios son los desencadenantes del proceso e incluyen la inestabilidad genómica, el acortamiento de los telómeros, las alteraciones epigenéticas y la pérdida de la proteostasis. Los factores antagonistas se refieren a las respuestas del organismo dirigidas a mitigar el daño producido por los factores primarios.

En principio, estas respuestas son beneficiosas, pero si se exacerban o cronifican, tal como sucede en la edad tardía, se tornan perjudiciales para el organismo. Esta categoría incluye la desregulación de los sensores nutricionales, la senescencia celular y la disfunción mitocondrial.

Finalmente, los factores integradores son los principales responsables del fenotipo senescente e incluyen el agotamiento de las reservas de células progenitoras y las alteraciones en los mecanismos de comunicación intercelular.

Ahora, diez años después de esta contribución pionera, los continuos y fascinantes avances en el estudio del envejecimiento han llevado a este grupo de científicos a incorporar tres nuevas claves que han alcanzado la importancia causal suficiente para poder ser consideradas como esenciales en el desarrollo de este complejo proceso biológico: las alteraciones en la autofagia (eficiente proceso de reciclado celular y molecular), la inflamación crónica (de baja intensidad, pero de notables consecuencias para el organismo) y la disbiosis (la pérdida del diálogo adecuado entre el genoma humano y el de todos los microorganismos que nos cohabitan).

En estrecha relación con este artículo, la revista ‘Cell Metabolism’ publicó también otro trabajo de López-Otín y Kroemer en el que se introduce el concepto de metaclaves en el ámbito biomédico y se definen cuatro determinantes comunes al envejecimiento y al cáncer.

Estos procesos son aparentemente antagónicos, pues el envejecimiento representa una pérdida continuada de la eficiencia biológica, mientras el cáncer supone una ganancia aberrante de células que se convierten en entidades egoístas y agresivas hasta comprometer la vida del organismo.

Sin embargo, la disección detallada de las bases biológicas de ambos procesos ha llevado a Carlos López-Otín y Guido Kroemer a proponer la existencia de cuatro mecanismos comunes al envejecimiento y al cáncer: la inestabilidad genómica, las alteraciones epigenéticas, la inflamación crónica y la disbiosis.

El trabajo, en el que también han participado Lorenzo Galluzzi (Weill Cornell Medical Center, Nueva York), David Roiz (Universidad de Oviedo) y Federico Pietrocola (Instituto Karolinska, Estocolmo) define además de estas metaclaves una serie de claves antagonistas y ambivalentes en el envejecimiento y el cáncer.

Los autores concluyen que la comprensión detallada de los mecanismos implicados en todas estas nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer permitirá diseñar futuras estrategias de intervención sobre cada una de ellas, de manera que se pueda mejorar la calidad de nuestras vidas y, eventualmente, extender la longevidad.

man head with symbol neurons in brain

No jubile su cerebro: cómo ejercitar la mente para mantenerla siempre activa

Igual que los músculos, el cerebro necesita hacer ejercicio. Hoy les compartimos qué actividades practicar para tener un buen estado cognitivo por el Dr. Daniel Lopez Rosetti.

No jubile su cerebro. ¿Vio lo que hace la actividad física con nuestros músculos? La actividad física, el ejercicio físico, mantiene el tono muscular y eso hace que uno se sienta mejor, podrá subir más fácil las escaleras, hasta sabe que moverse le hace bien a su mente. Si uno no hace actividad física, ¿qué sucede con los músculos? Se atrofian. Es muy fácil, lo que no se mueve se oxida.

Lo mismo pasa con nuestro cerebro. ¿Cuál es la actividad del cerebro? Pensar, imaginar, crear, alternar pensamientos con otra persona. ¿Cuál es el jogging o ejercicio cerebral? Es aprender. Aprender cosas, cualquiera, cosas nuevas.

Puede jugar ajedrez si le gusta, pero es lindo si aprende también otro juego porque trabajan otros circuitos del cerebro. Juegue ajedrez si nunca jugó. Si juega ajedrez toda la vida y dice “bueno, me hace pensar, me hace bien”. Siga jugando porque le gusta, pero no le va a desarrollar las neuronas. Porque las neuronas del ajedrez ya se desarrollaron. Tiene que hacer algo nuevo.

Las neuronas con como los músculos hay que ejercitarlas para que no se atrofien

Hay que aprender, puede ser un idioma, tejido, pintura, leer, cerámica, manualidades, compartir socialmente, debatir, hacer teatro, baile, un curso de arte, de historia, cine, cualquier área que sea nueva para el cerebro. ¿Y sabe qué sirve también? Leer en voz alta, escucharse. Y lo que lea, reténgalo y coménteselo a alguien. Haga algo nuevo.

Memorice. Haga ejercicios de memoria. ¿Cómo? Y, es un juego. Vaya al súper y acuérdese dónde estaban las galletitas, acuérdese dónde estaba tal marca de tal cosa. Repase el plano del lugar en su cabeza. “Sé que entrando es acá a la derecha, tercer pasillo en la parte superior…”, y así.

Lo que sea aprender algo nuevo y sobre todo en relaciones sociales, charlando con otras personas eso es ejercicio cerebral. Con eso las neuronas funcionan mejor, ud va a tener un mejor estado de ánimo, un mejor estado general y muy probablemente menos posibilidades de tener enfermedades neurodegenerativas.

Lo importante es aprender cosas nuevas, leer en voz alta, un idioma, tejido, un curso de historia…

Lo mismo que hace con el cuerpo una persona tiene que hacerlo con su cerebro. Haga ejercicio cerebral, no jubile su cerebro, se va a sentir mucho mejor.

Las neuronas que están dentro del cerebro, también son como músculos. Hay que obligarlas a hacer ejercicio. Y no le estoy hablando a usted que tiene cierta edad, le hablo a las personas de cualquier edad. Pero si los años van pasando, más debe preocuparse uno por practicar el ejercicio neuronal.

También está claro que el ejercicio físico mejora las articulaciones, los fuerza muscular, y disminuye la posibilidad de un accidente cerebrovascular, porque mejora la función del corazón. Disminuye la posibilidad de infarto. Claramente hace bien.

Si uno practica una actividad habitualmente, como el ajedrez, debe seguir haciéndola porque le gusta, pero esas neuronas del ajedrez ya están entrenadas. Aprenda algo nuevo

Por otra parte, hay distintos tipos de memoria y la gente a nosotros, a los médicos, con frecuencia nos dicen ‘me olvido de esto ¿será normal, no es normal?’. Lo primero que digo es, si usted se concentra y se olvida, es un tema de consulta. Mucha gente se olvida de cosas, pero es porque no se está concentrando en el momento que debe grabar o atesorar la información.

La otra pérdida de memoria que habría que tener presente es si usted no se acuerda lo que hizo hoy a la mañana o no se acuerda qué desayunó y le pasa con mucha frecuencia, esa es una pérdida de memoria que puede estar relacionada con un proceso patológico.

Pero lo primero que hay que decir para tranquilizar es que lo más importante en la memoria es la concentración. Ahora, si usted se concentra y no puede después recordar claramente, requiere consulta médica. Le recomiendo que ejercite la neurona, que preste atención a sus neuronas y las entrene. Hay que ejercitarlas todo el día y, afortunadamente, para esto, el gimnasio está todo el día abierto.

¿Cuál es la actividad del cerebro? Pensar, imaginar, crear, alternar pensamientos con otra persona. ¿Cuál es el jogging o ejercicio cerebral? Es aprender. Aprender cosas, cualquiera, cosas nuevas.

*El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.

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Diversidad etaria: sus beneficios

Allá por 1970 en Latinoamérica la expectativa de vida era de 60 años. Hoy la cifra asciende a alrededor de los 78. En cincuenta y dos años –un pestañeo para la historia de la humanidad– la expectativa de vida se alargó aproximadamente un 30%. Muchísimo. Esta transición demográfica, es uno de los cambios más significativos de nuestra era.

El concepto cultural lag, hace referencia a cómo cuando sucede un cambio físico-social drástico, a la cultura le lleva mucho tiempo incorporarlo. La forma en que nos asignamos roles, permisos, espacios y actividades, no incorporó ese 30% de vida que logramos rápidamente. Nuestros marcos mentales todavía se corresponden con aquel mundo de vidas más breves.

El edadismo –discriminación por estereotipos basados en la edad–, es la tercera forma de discriminación tras el machismo y el racismo, los sesgos edadistas que indican que ser joven es divertido, interesante o cool mientras que hacerse mayor es convertirse en alguien aburrido triste o menos vibrante, están tan naturalizados que muchas veces no los reconocemos en los demás ni en nosotros mismos.

Las culturas corporativas son una expresión de la sociedad en la que están inmersas: una que está recién asimilando el crecimiento de la expectativa de vida y en donde se empieza a visibilizar la discriminación por edad. Por eso no sorprende cómo todavía en la mayoría de las empresas (hay promisorias excepciones) se suela pensar a los jóvenes como ágiles e innovadores y a los mayores como estáticos y conservadores, como seres no-digitales que van a poner “palos en la rueda”, aunque esta dicotomía sea falsa.

¿Por qué es clave pensar en un management con perspectiva de edad? No hay diversidad e inclusión posible si los 45+ no participan del ámbito empresarial. Incorporar la perspectiva de edad, o Age Managment, significa no solo contratar y retener personas 45+, sino asegurar que todas las generaciones se sientan plenas teniendo acceso a las mismas oportunidades de desarrollo, exposición, aprendizaje y crecimiento a lo largo de toda su trayectoria, es generar un impacto positivo sirviendo a los intereses de la empresa y a los de la comunidad.

Las empresas que incorporen a 45+ estarán mejor preparadas para el mundo que viene: el envejecimiento demográfico está transformando negocios y economías. Una organización que solo contrate jóvenes estará desconectada de su entorno, disminuyendo sus chances de ser relevante.

El Age Management ofrece la posibilidad de ser un agente de cambio, generando espacios reales de inclusión y demostrando que tiene un propósito más grande que (solamente) generar profit. En un contexto donde los sistemas previsionales no alcanzarán y todos necesitaremos trabajar más, una empresa que incluya colaboradores senior estará contribuyendo a una sociedad más sustentable.

Generar una cultura diversa e inclusiva desde lo etario promueve mayor bienestar generalizado y permite a los colaboradores jóvenes tener modelos en los cuales proyectarse a futuro de manera positiva.

La intergeneracionalidad incrementa la innovación: la riqueza que surge cuando las perspectivas, ideas y capacidades de personas de diferentes edades se cruzan, resultan en equipos con más capacidad de resolución de desafíos y amplitud de visión. Los equipos con diversidad generacional fomentan la capacitación, la transferencia de conocimiento y el desarrollo de liderazgo.

La edad no es un factor determinante para realizar una tarea. La edad es un dato más sobre una persona y se conjuga con otros factores, habilidades y capacidades. La invitación es entonces a no usar la edad como un criterio de exclusión, sino como uno de integración positiva, que cuando implique una diferencia real ésta puede ser usada para enriquecer al colaborador y al grupo.

Prefiero abrir preguntas y no cerrar con respuestas: ¿A qué roles, permisos, desafíos, espacios y actividades hoy en tu organización se accede o no de acuerdo con los años que se tenga? Cuando armás equipos de trabajo, ¿asumís que los jefes son mayores que los subordinados? Si la respuesta es sí ¿por qué? Cuando pensás en un puesto entry level ¿pensás en alguien joven? ¿o pensás que alguien 45+ podría ser un buen fit? ¿Cuando pensás en alguien de 45+, ¿asumís que tiene seniority? ¿Por qué? Desde el management, ¿se fomenta el intercambio etario? ¿Qué otras preguntas sumarías a éstas?

*Directora del Programa Ejecutivo de Age Management en Universidad del CEMA.