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Enseñanzas de las “zonas azules” para la longevidad personal

Las zonas azules son regiones del mundo donde la proporción de personas que alcanzan los 100 años es curiosamente elevada en comparación con el resto del globo.

Primero fueron identificados cinco lugares con esas características: la isla de Okinawa, en Japón; la isla de Icaria en Grecia; la isla de Cerdeña en Italia, la comunidad adventista de Loma Linda, en California, USA, y la península de Nicoya, región de Guanacaste, Costa Rica.

Últimamente se sumaron tres zonas más: Vicambama, en Ecuador, Caucasia, en Georgia (antigua Unión Soviética), y Hunza, en Pakistán.

A título de ejemplo, y tomando el caso de Cerdeña, desde hace décadas, biólogos y genetistas se precipitan a Perdasdefogu para tratar de descifrar el misterio de la longevidad humana. En ese pueblo perdido en las montañas de Ogliastra, en el centro de la isla, viven los nueve hermanos Consòla Melis, que totalizan 837 años de edad. Ese grupo -considerado por el Guinness World of Records como la familia más longeva del planeta- no constituye una excentricidad, pues esa comuna de 1.741 habitantes tiene otros 11 centenarios. El fenómeno inusual se replica en la Barbagia “clásica” y en el sur de esa isla italiana.

Los biólogos están convencidos de que esas regiones pueden aportar la respuesta esencial que busca la ciencia para extender la duración de la existencia mucho más allá de la esperanza de vida promedio estimada en 2020 en 85,6 años para las mujeres y 79,7 para los hombres.

La división demográfica de la ONU estima que en la actualidad “solo” existen 535.000 centenarios; pero calcula que esa franja de población llegará a 3,7 millones en 2050 y a 19 millones a fin de siglo.

A pesar de que la cuenta regresiva se acerca a su fin, ninguno de los habitantes de las “zonas azules” parece angustiado por el desenlace de su existencia. Por el contrario, confiesan su pasión por reír, reunirse en familia, bailar y escuchar música con sus vecinos, jugar una partida de cartas y disfrutar de cada instante que les ofrece la vida porque aprendieron que la alegría, la felicidad simple y la sociabilidad son las principales condiciones de la longevidad.

Los estudios revelan ciertas características comunes de las personas que viven en esos lugares que son las siguientes:

● La actividad física.

● La alimentación sana, de base mediterránea.

● Tienen intensas relaciones sociales.

● Tienen un propósito de vida vinculado a lo religioso, filosófico o social.

Si bien nuestra situación y contextos son muy distintos, te invito a buscar cómo incorporar estas prácticas a tu vida cotidiana para preparar una mejor longevidad.

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