Así como se habla de “inteligencia emocional”, de coeficiente intelectual tradicional o de “inteligencia adaptativa”, se puede cultivar una “inteligencia sexual”.
Hay una oportunidad de reconvertir el erotismo, en donde el órgano sexual que más se estimule sea el más importante: el cerebro.
Por distintos motivos que tiene que ver con una larga historia social y cultural, la conversación sobre la etapa adulta es un campo minado de tabúes, prejuicios y conos de silencio. La estigmatización negativa de la adultez es tan intensa que alguna vez el sitio The Gerontechnologist, especializado en tecnología para la segunda mitad de la vida, dijo que todos los productos para este sector solían ser “grandes, en tono beige y aburridos”, a pesar de que se trata del segmento demográfico que más crece en todo el mundo.
El fenómeno se potencia cuando se combina con otro tema que también arrastra todo tipo de tapujos: el de la sexualidad. Adultez más sexo es algo así como un tabú al cuadrado.
Por eso mismo, las oportunidades (de mejora, de negocios, de todo tipo) son enormes, porque la brecha que crea “eso de lo que no se habla” es gigantesca. En la actualidad hay mil millones de personas mayores de 60 años en el planeta, y este número crecerá a 2 mil millones en 2050, un 20% de la población mundial que contribuirá para entonces al 35% del PBI global.
“Si dejamos de romantizar nuestra juventud y pensamos realísticamente en nuestra sexualidad de la adolescencia o de nuestros veinte años, seguramente nos vamos a dar cuenta de que ahora tenemos muchas más herramientas para disfrutar”, explica la divulgadora y consultora sobre sexualidad 50+ Flora Proverbio, autora de un reciente ensayo al respecto, “Triángulos plateados: inteligencia sexual para vivir el deseo en la madurez” (Galerna).
“En esta etapa donde a veces surgen factores adversos a nuestra funcionalidad puede haber una oportunidad para reconvertir el erotismo, en donde el órgano sexual que más se estimule sea el más importante: el cerebro”, plantea Proverbio.
En 2050 la población mundial de adultos mayores será del 20% que contribuirán para entonces al 35% del PBI global.
Así como se habla de “inteligencia emocional”, de coeficiente intelectual tradicional o de “inteligencia adaptativa”, la autora llama a cultivar una “inteligencia sexual”. “Los años nos dan dos herramientas maravillosas: la experiencia y el autoconocimiento; a medida que pasan los años vamos conociendo mejor nuestras preferencias, con lo cual solos, solas o acompañados nuestro repertorio crece y nuestra capacidad de expresión también”.
Proverbio es consciente de no caer en la trampa de romantizar tampoco el paso del tiempo. Pero sí invita a tener una mirada benévola sobre el cuerpo, “a agradecer que nos trajeron hasta aquí y que toda la vida será capaz de gozar”.
Para Triángulos plateados, la autora –que aclara que no es médica y que escribe en tono de charla de amigas–, habló con decenas de especialistas, de la medicina pero también de la industria de los juguetes sexuales, que con las nuevas tecnologías –que incluyen desde novedosos materiales hasta la revolución de la inteligencia artificial que vuelve a los dispositivos mucho más personalizables– traen toda una nueva etapa de posibilidades para ampliar el ancho de banda de la sexualidad en la segunda mitad de la vida.
Romper estereotipos
De hecho, los grandes festivales de innovación y de tecnología, como el SXWX de Austin o el CES de Las Vegas, incluyen en su programación cada vez más charlas y presentaciones ligadas al Sex tech: desde nuevos productos y servicios hasta debates sobre el sexo en naves espaciales (con viajes a Marte de más de un año y medio de duración). El sitio para adultos Porn Hub distribuye a fin de año estadísticas sobre consumo de pornografía, con más de un 15% de los usuarios globales ya por encima de los 55 años en 2023.
Esto es completamente novedoso a nivel social y cultural. “La vida sexual de los adultos siempre fue un tema subestimado y silenciado en círculos académicos”, sostuvo Nancy Jecker, del departamento de bioética de la Universidad de Washington, en Seattle, en un paper sobre robots sexuales para la edad adulta. “El primer estudio extenso sobre este tema en los Estados Unidos se publicó recién en 2007″, precisó en el mismo ensayo. Allí se rompieron estereotipos y se reveló que más de la mitad de las personas de más de 65 años permanecen sexualmente activas.
Y aunque la falta de conversación sobre el tema hace que limitaciones físicas se agudicen por falta de conocimiento (Proverbio habla mucho sobre la estimulación y el ejercicio del suelo pélvico para seguir gozando a pleno toda la vida; o de cómo pocos hombres son conscientes de la andropausia), la mayor limitante sigue siendo la mental.
“La sentencia catastrófica de que con el paso de los años nuestra sexualidad se convertiría en una versión descolorida de lo que fue en la juventud, por suerte, empieza a perder fuerza –concluye Proverbio–. Desde diferentes ámbitos de la ciencia se refuta esa idea y se advierte que la potencia de la sexualidad nos constituye. Siempre”.
Con satisfacción informamos que el 14 de febrero de 2024 hemos formalizado un convenio con la Universidad Notarial Argentina cuyo primer paso será el dictado conjunto de un Curso sobre “CONTRATOS Y NEGOCIOS JURÍDICOS PARA LA NUEVA LONGEVIDAD”.
El mismo se dictará durante el presente año y son profesores convocados los autores del libro del IADELA y profesores de la UNA.
El 27 de diciembre de 2023, se publicó en el Boletín Oficial de la provincia de Santa Fe la Ley 14231. Allí se otorga protección a toda persona mayor de 60 años que tenga residencia permanente o demostrable en la provincia —independientemente de su nacionalidad y ciudadanía— y se reafirma que sus derechos y garantías son de orden público, irrenunciables e interdependientes.
Algunos objetivos que propone la ley son:
concientizar a la sociedad para erradicar conductas de maltrato o abuso;
impulsar la creación de un sistema que propicie la autonomía de las personas mayores y que prevea la protección de su salud contemplando la cobertura de todos los servicios médicos, la seguridad alimentaria, nutricional, de vestuario y vivienda;
garantizar el ejercicio del derecho de la propiedad y la libre disposición de sus bienes;
incluir el enfoque de género para implementar políticas;
coordinar con las políticas municipales, nacionales y estatales.
Asimismo, en el ámbito de la Defensoría del Pueblo de la provincia, la ley crea la figura del/la Defensor/a Provincial de Personas Mayores. Su función es velar por la protección y promoción de sus derechos. Para ser nombrado en el cargo, se debe cumplir con los requisitos exigidos al Defensor/a del Pueblo de Santa Fe. Podrá durar en el cargo cinco años y ser reelegido una sola vez. Algunas de sus funciones incluyen supervisar el correcto funcionamiento de entidades públicas y privadas que se dediquen a atender personas mayores, recibir todo tipo de reclamo o denuncia de personas mayores y dar tratamiento inmediato a través del organismo competente.
A los principios generales de interpretación de la Ley 14231, se agregan los siguientes :
la dignidad, independencia y autonomía de las personas mayores;
bienestar, cuidado y erradicación de todo tipo de aislamiento, abandono y tratamientos médicos inadecuados que puedan constituir malos tratos;
seguridad física, económica y social para que una persona mayor pueda tener una vida digna;
responsabilidad estatal y participación familiar para la integración efectiva y plena de las personas mayores en la sociedad;
la intergeneracionalidad para “favorecer la perspectiva de género y la participación activa de mujeres y varones de distintas generaciones, por medio de acciones que promuevan la interacción, el estímulo, la educación, el apoyo y el cuidado mutuo”;
los cuidados progresivos como un conjunto de acciones orientadas a mejorar el acceso de servicios y prestaciones.
Otro de los aspectos fundamentales de esta norma es que insta al gobierno provincial a crear un sistema integral de cuidados progresivos. La ley define “Sistema Integral de Cuidados Progresivos” a “los modos de atención, servicios y establecimientos que le ofrezcan a la persona mayor las herramientas necesarias para mantener o mejorar su calidad de vida, promoviendo la autonomía y la autodeterminación de manera tal que prevalezca la posibilidad de realizar una vida plena y envejecer en su entorno habitual, conservando sus roles familiares y sociales, siendo la institucionalización el último recurso”.
Por último, la ley dispone crear dos Registros: el Registro Provincial de Instituciones Públicas y Privadas—que desarrolle programas y/o servicios de asistencia, promoción, tratamiento, protección y defensa de las personas mayores dentro de la órbita de la Dirección Provincial de Personas Mayores— y el Registro Provincial Único de Cuidadores de Personas Mayores.
La incorporación de hábitos saludables y el aprovechamiento de los avances científicos abren un mundo de oportunidades a futuro; qué entienden los especialistas por health-span y cómo invertir hoy en nuestro bienestar a largo plazo.
Hay quienes salen a correr para poder bajar el tiempo en la próxima carrera de 10 kilómetros, hay personas que van al gimnasio para verse más atractivas y están también los que intentan dormir más horas para ganar productividad en el trabajo. A los 36 años, Ana Zapiola hace todo esto (y mucho más), pero su objetivo principal es distinto: entre sus metas figura escalar el Tronador o seguir haciendo kite surf a los 80 años. Con algo más de edad (cumple 52 en pocos días), el ingeniero y emprendedor Walter Abrigo usa decenas de aplicaciones, complementos y dispositivos con un sueño de largo plazo: integrar y jugar regularmente en un equipo de básquet a los 70 años.
Zapiola y Abrigo cultivan de manera proactiva lo que algunos especialistas denominan mindset, mentalidad o modelo mental de longevidad: tomaron conciencia plena de que una buena combinación de hábitos junto con el aprovechamiento de los avances científicos y tecnológicos van a permitirles (en realidad, ya lo están logrando) llegar a edades avanzadas con una mente y un cuerpo saludables.
“El concepto clave es el de la extensión de la vida con una salud plena a nivel físico, cognitivo y emocional (en inglés se conoce como health-span), en lugar de conformarse solo con vivir más (life-span)”, resume la especialista en medicina funcional uruguaya Silvina Tocchetti. “Es el tiempo que podemos agregar con nuestra salud a tope, versus simplemente sumar años con la salud deteriorada, apalancada con muletas diversas”, agrega Tocchetti, que dirige la clínica Mind Montevideo.
Una mentalidad de longevidad implica empezar a incorporar hábitos y rutinas muy distintas a las que uno podría abrazar si el objetivo fuera solo el de sentirnos mejor ahora.
El médico canadiense Peter Attia, hoy uno de los principales divulgadores globales sobre agenda de bienestar, comenzó a hablar recientemente del “decatlón centenario”, que empieza con un ejercicio simple: preguntarnos qué actividades nos gustaría hacer con comodidad a los 100 años. Para algunos podría ser alzar a su bisnieto, poder levantar la valija a los compartimentos del avión o subir las escaleras con las compras del día.
La combinación de ejercicios físicos (que incluyan los de flexibilidad, los de equilibrio, los de fuerza y los aeróbicos) aparece como un requisito para desplegar esta mentalidad de longevidad. “Cada uno de ellos tiene una especificidad: el aeróbico para disminuir los factores de riesgo cardio y cerebrovascular y metabólicos; los de equilibrio para trabajar sobre todo los mareos y las caídas; los de fuerza para no tener pérdida de masa muscular, y los de flexibilidad para no ir ‘encorvándonos’ y que cada vez sea más difícil estirar los músculos”, dice Ricardo Jáuregui, un argentino que preside la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría (IAGG en inglés).
El experto, que también es director médico del centro para adultos We Care, plantea que este combo debería ser parte de una rutina habitual, y subraya: “No solo demuestra estos efectos físicos sino también, por ejemplo, que el tamaño, o sea la estructura cerebral, crece cuando uno hace actividad física”.
LA NACION Bienestar conversó con cinco personas que incorporaron este modelo mental y toman todas sus decisiones diarias en consecuencia. Están a la vanguardia de lo que conviene hacer para llegar a los 80, 90, 100 años (o más) con las mejores chances de disfrutar de una buena salud a todo nivel.
Los deportes en la nieve fascinan a Ana Zapiola y quiere asegurarse que no deberá resignarlos en el largo plazo
Los nuevos 80
A los 44 años, Marcelo Rinesi, científico de datos y tecnólogo, ya ni se acuerda cuando le “cayó” la ficha del mindset de longevidad, pero lo cierto es que lo puso en práctica desde muy joven. “Tal vez leer mucha ciencia ficción de chico me acostumbró a la idea de considerar todo potencialmente posible”, cuenta.
A pesar de que está actualizado con todos los avances e investigaciones primarias antiedad, Rinesi cree que por el momento nada es superador de tres pilares: dormir mejor, comer sano y hacer ejercicio. Una vez que esto se cumple, la segunda actitud que podría “mover la aguja”, según Rinesi, es empujar a reguladores, Estado, empresas y medios a ser “más ambiciosos y más pragmáticos” sobre este tema.
¿Qué significa exactamente ser más ambicioso y pragmático? “Es, dependiendo de las posibles intervenciones, potencialmente reducir la incidencia de varios tipos de cáncer, o retrasar problemas cardiovasculares y cognitivos 10 o 20 años; dicho así parece abstracto, pero quiere decir que es posible, si tomamos las decisiones correctas en investigación e inversión, que tener 80 en 30 años sea enteramente diferente a tener 80 en cualquier otro momento de la historia. En lo económico, social y político va a ser un cambio radical. A nivel de las expectativas y potenciales de la vida individual, una modificación casi indescriptible”, plantea el científico de datos.
Un mindset que tenga en cuenta esto implica dos cosas: evitar lo que sabemos que es autodestructivo (sedentarismo, comer mal, dormir poco) y acelerar en lo posible esquemas de investigación, desarrollo y divulgación más avanzados.
Marcelo Rinesi prioriza dormir mejor, comer sano y hacer ejercicio para que el objetivo no sea solo vivir más años sino también hacerlo en plenitud
La regla del 20%
Y en el día a día, ¿Por dónde nos conviene empezar? “Mi recomendación es que, en una primera instancia, tomemos contacto con el lugar donde nos encontramos, para ver qué pasos podemos dar desde ahí. De nada sirve trazar un objetivo lejano a nuestras posibilidades actuales”, explica Tocchetti, desde Montevideo. “Sos tan joven como tu sistema inmune: debemos trabajar para fortalecernos a través de modificaciones del estilo de vida que reducen la inflamación crónica sistémica junto a suplementación específica para colaborar con este objetivo. Personas centenarias poseen una composición y actividad de las células inmunes únicas que generan un sistema inmune altamente funcional que les permite vivir por más tiempo. Esto está representado incluso en la composición específica de su microbioma”, agrega la experta.
Yendo a la caja de herramientas concretas, Tocchetti propone una regla o ley “del 20%: irnos a dormir un 20% más temprano; hacer ejercicio 20% más si hacemos poco o 20% menos si hacemos demasiado (ambos extremos inflaman); tomar 20% menos de café, mate y alcohol, y comer un 20% más de vegetales, son algunos de los cambios que plantea.
“En síntesis –sugiere la experta- poner el foco en pasos firmes y certeros y no en objetivos que traicionan nuestras posibilidades solo porque la última tendencia lo indica. El camino hacia la longevidad es el que cada uno de nosotros puede hacer desde donde está, optimizando cada paso. Lo contrario, los objetivos grandiosos, solo harán estallar nuestro sistema en mil pedazos más de lo que ya está con las obligaciones que tenemos”.
A Tochetti le da resultados: en 2023 se hizo en los Estados Unidos un test epigenético para determinar su “edad biológica” y le marcó 41 años. Ella nació hace 53.
Expectativa de vida comparada
La frontera del age-tech
A Walter Abrigo, de 51 años, las alarmas para comprometerse con un modelo mental de longevidad le llegaron desde el frente postural: “En mi familia somos todos muy altos y grandotes. Yo veía a varios parientes caminar con dificultad o con dolores crónicos de espalda a medida que sumaban años, y decidí priorizar cambios de hábitos y rutinas para evitarlo”, relata.
Abrigo nació en el Chaco, estudió ingeniería industrial y tuvo su desarrollo profesional vinculado a la tecnología. Dirige la compañía de soluciones Santex, con sede en San Diego y presencia en 60 ciudades, y está muy vinculado al ecosistema de startups de base tecnológica. Por eso, además de los pilares que mencionaba Rinesi (dormir mejor, comer bien y hacer ejercicio), Abrigo completa su “modelo mental de longevidad” con una decena de aplicaciones, dispositivos y complementos que lo ayudan a mejorar su salud presente y futura.
Como buen ingeniero, envió a LA NACION una planilla con varias de las herramientas de tecnología etaria y de bienestar que usa todos los días. Una de ellas, llamada Up-right, consta de un dispositivo que monitorea la postura conectado a una aplicación que va dando feedback para cuidar la espalda y otras partes del cuerpo.
Para el momento de meditar, trata de hacerlo 10 minutos al día, combina las aplicaciones Calm y Muse. “Ambas te dan información de cómo estás respirando, cuánto estás en tiempo presente o en un estado calmo, y la verdad es que eso ayuda un montón en situaciones complejas de la vida cotidiana o a tomar mayor conciencia de lo que comés, por ejemplo”, cuenta Abrigo. Además, a través de una botella con un sensor y una aplicación llamada Hidrate, el empresario consigue tomar los entre dos y tres litros de agua por día que su cuerpo necesita.
El uso de aplicaciones de bienestar es clave para Walter Abrigo, que piensa seguir jugando al básquet a los 70 años
También se ocupa de monitorear su descanso: usa la aplicación Whoop que con distintos sensores hace mediciones sobre variables asociadas al sueño (como consistencia o eficiencia), sobre la respiración, las calorías consumidas, etcétera.
Abrigo consolida toda la información en la sección de salud del iPhone y asegura que todas estas mini ayudas no le llevan mucho tiempo por día. Un beneficio secundario es que con cada monitoreo o recordatorio hay un anclaje al presente, una conciencia plena del momento que promueven el mindfulness y otras escuelas de meditación.
Aprendizaje permanente
Barbara Rey Actis vive en Madrid, tiene 49 años y se convirtió en una de las principales divulgadoras e investigadoras en la agenda de “longevidad positiva” en España, uno de los países con mayor proporción de personas adultas en el mundo. Viene de una carrera en el área de marketing ydecidió encarar el camino de la longevidad cuando la marca de cremas que le encomendó una campaña estableció como target más adulto para su producto la franja de “mujeres de 35 a 55 años”. Da clases en distintas universidades y escribió el libro Una Longevidad con Sentido (Versus).
Rey Actis agrega otra dimensión al modelo mental de longevidad: el del aprendizaje permanente. “De todas las variables que uno puede asociar a vivir más años, el nivel educativo ocupa un lugar preponderante. Es el driver que condiciona o define la longevidad, es la primera ficha de este dominó en la carrera hacia una longevidad saludable”, dice la experta española a LA NACION. En paralelo sostiene que la educación como industria es una enorme oportunidad para la economía de la longevidad. “La mayor parte de las instituciones educativas siguen un modelo muy tradicional y no se adaptan a las necesidades de educación continua que tenemos las personas de cara a una mayor expectativa de vida con más salud, carreras profesionales más largas, procesos de reinvención, readaptación, etcétera”, plantea.
Según su mirada, la inquietud que lleva a las personas a querer saber más es uno de los motores más potentes, al tiempo que promueve la relación con otros. “Y además de la educación ligada a la inquietud está también el tema de la ilusión. Las personas que tienen una ilusión, una visión de vida, un propósito, poseen un un motor incluso más potente que la curiosidad, es una capa que está por encima”, concluye la investigadora madrileña.
La odisea de la vida
Ana Zapiola estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Buenos Aires (UBA), tiene 36 años y toda su vida trabajó en startups y empresas de tecnología. En enero empezó con un nuevo rol de jefa de ingenieros en Satellogic, el unicornio argentino de satélites de bajo costo que fundó y lidera Emiliano Kargieman.
En la pospandemia acompañó a su madre durante una enfermedad grave, que la llevó a meterse de lleno en la agenda de nuevo bienestar e innovación vinculada a la salud. Hizo un curso de coach en salud del Institute of Integrative Nutrition de Nueva York y comenzó a adoptar nuevos hábitos, tests y dispositivos con el objetivo de vivir muchos años de manera saludable.
Ana Zapiola sigue una metodología de diseño de vida que incluye diversos campos, desde finanzas hasta espiritualidad
“Comencé a seguir una metodología de Stanford de diseño de vida”, cuenta. La herramienta es una suerte de mapa mental (se denomina “Odyssey Plan”) donde se van planificando objetivos en campos y pilares distintos: salud, relacionamiento, finanzas, entorno de vida, descanso y salud, propósito y espiritualidad, entre otros. Ahí es donde tiene escrita (y dibujada) su meta de subir al Tronador, hacer kite surf y esquiar (las cosas que más disfruta) a los 80 años.
Entre los distintos ítems y compromisos que asumió consigo misma Zapiola revisa cada fin de año va mechando frases que la ayudan a sostener esta mentalidad de longevidad. “La gente no decide su futuro, decide sus hábitos y sus hábitos deciden su futuro”, es una de ellas.
Las fuentes consultadas para esta nota tienen entre 36 y 52 años, pero hay muchos casos de longevidad positiva donde “la ficha cayó” a una edad mucho más avanzada. Elisa Forti, que corre maratones pasados los 86 años, cuenta que comenzó a hacer running recién a los 72. Alberto Naisberg, un ingeniero que vive en Caballito y que en abril próximo cumplirá 99 años, dijo en una entrevista con este diario que hizo el click mental de bienestar a los 94. Jeanne Calment, la francesa que falleció en 1997 a los 122 años y 164 días de edad (récord verificado de longevidad hasta ahora) dejó el cigarrillo a los 117 años. Hiromu Inada, el japonés que batió el récord de mayor edad al completar una competencia de Iron Man a los 86 años, también arrancó a hacer deporte de manera sistemática después de los 70. Nunca es tarde para comenzar a adoptar una mentalidad de longevidad.
Cuáles son las costumbres que deterioran el cuerpo y alejan la posibilidad de tener una buena calidad de vida.
Como consecuencia de las costumbres insalubres, hoy se construyen más centros de rehabilitación y menos hospitales dado que la gente vive más tiempo, pero con algunas limitaciones físicas.
En las sombras de la realidad se manifiesta cada vez más un fenómeno que no pasa desapercibido por los profesionales de la salud: la creciente esperanza de vida. Precisamente, las estadísticas revelan un incremento constante en la longevidad de la población.
Son varios los escritos científicos que aseguran que se puede ser longevo y gozar de una buena calidad de vida, incluso, mejor que la de un adulto promedio. En 1900, la esperanza de vida media de un recién nacido era de 32 años. En 2021, la cifra se duplicó hasta los 71 años.
“Este aumento extraordinario es el resultado de una amplia gama de avances en salud (en nutrición, agua potable, saneamiento, atención médica, antibióticos, vacunas y otras tecnologías y esfuerzos de salud pública) y mejoras en los niveles de vida, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza”, se detalla en un informe presentado por OurWorldInData –un sitio digital que presenta datos y resultados empíricos que muestran el cambio en las condiciones de vida en todo mundo–.
No obstante, el suceso, que podría se considerado como un logro significativo en el ámbito del bienestar personal, trae consigo cuestionamientos profundos sobre la calidad de vida y las formas que los individuos eligen para alcanzarla.
Hábitos que sí y hábitos que no
“Es evidente que hay una relación lineal entre los hábitos de vida saludables y la cantidad de años de vida por vivir con una calidad digna así como también ocurre lo contrario con hábitos o costumbres ‘tóxicas’ que desencadenan un envejecimiento prematuro o con discapacidades”, afirma Gabriel Lapman (M.N. 119066), médico nefrólogo y cardiólogo especialista en medicina de vida y autor del libro Reset y Más zapatillas, menos pastillas.
Asimismo, Lapman destaca que como consecuencia de las costumbres insalubres, hoy se construyen más centros de rehabilitación y menos hospitales dado que la gente vive más tiempo, pero con algunas limitaciones físicas.
Frente a ello, los especialistas comparten hábitos que perjudican el proceso de envejecimiento.
Evolución de la expectativa de vida en la Argentina entre 1950 y 2021
1. Mala hidratación💧
“La sinapsis, las conexiones entre las neuronas, las células que las sostienen y las cuidan junto con todo el tejido nervioso requieren de agua para funcionar adecuadamente. Cuando este líquido disminuye, aparecen manifestaciones como la disminución del rendimiento cognitivo, la dificultad para concentrarse, tomar decisiones y esto repercute en la memoria a largo plazo”, cuenta Alejandro Andersson, médico neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires. A continuación, añade que la deshidratación también impacta en el estado de ánimo. “Causa irritabilidad, ansiedad, cambios del temperamento y fatiga mental, que te hace sentir más cansado y menos alerta”, dice.
Para prevenir o evitar la deshidratación y sus efectos negativos en el envejecimiento cerebral, Andersson recomienda: mantener un consumo regular de agua a lo largo del día, incluso si no se siente sed de inmediato; prestar atención a signos como sequedad en la boca, orina de color oscuro y sensación de mareo, ya que estos pueden indicar deshidratación; e incluir en la dieta alimentos hidratantes como frutas y verduras.
2. Dormir mal 🛌
Tener un descanso inadecuado es una de las principales causas del envejecimiento prematuro dado que este hábito –necesario para vivir y funcionar correctamente– hace que el organismo se reponga para sobrellevar el día a día.
Melisa Jurozdicki médica pediatra y especialista en obesidad (M.N. 141098) explica que cuando el desarreglo en los relojes internos se vuelve algo común en uno, una de las consecuencias se ve plasmada en la salud intestinal. “Aparecen cambios en la digestión y el metabolismo; aumenta el peso, la presión arterial y se desregulan las hormonas que controlan el apetito”, señala.
También asegura que no dormir bien hace que se desequilibre el eje grelina-leptina –hormonas que desempeñan un papel clave en la regulación del apetito y el metabolismo energético– y por ende, el cuerpo necesite más glucosa libre lo que afecta el peso corporal y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades.
3. Fumar y beber alcohol 🍷
Si realmente se desea evitar el envejecimiento prematuro y/o la mala calidad de vida, los hábitos de fumar y beber alcohol deberán ser de los primeros a erradicar. “El alcohol envejece, cuenta con más de 500.000 muertes directas en América y sin contar las gran cantidad de muertes indirectas que produce”, dice el Dr. Lapman.
Tanto el tabaco como la marihuana o los vapeadores aumentan el riesgo de muerte en un 10% y se vinculan con atrofia cerebral, trastornos psicomotrices y patologías pulmonares.
Según desarrolla, uno de los grandes problemas del consumo de estas bebidas es que las personas no se miden respecto de las cantidades; lo que a largo plazo puede evolucionar en afecciones como cirrosis, problemas urinarios, digestivos y cardiovasculares.
Lapman afirma: “los fumadores respiran peor, consumen cientos de tóxicos que son factores inflamatorios que conducen al envejecimiento y tienen probabilidad de desarrollar ateroesclerosis”. Tanto el tabaco como la marihuana o los vapeadores, explica, aumentan el riesgo de muerte en un 10% y se vinculan con atrofia cerebral, trastornos psicomotrices y patologías pulmonares.
4. Exceso solar ☀
“La sobreexposición al sol causa el 80% de los signos prematuros de envejecimiento en la piel por lo que pasar demasiado tiempo expuestos a los rayos UV y no usar protector solar diariamente, es una de las principales causas de la aparición de manchas o arrugas”, señala un estudio titulado “Protección solar: un recurso didáctico primario”.
Coincide con lo mencionado un comunicado de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale en el que se explica que los rayos del sol pueden tener consecuencias a largo plazo acechando dentro de la piel, incluso si no se experimenta una quemadura.
“A diferencia del envejecimiento cronológico normal, que está dictado por la edad y la genética, el foto envejecimiento ocurre cuando la luz ultravioleta del sol y/o las camas solares daña permanentemente la estructura de la piel. Para ver la diferencia entre envejecimiento cronológico y fotoenvejecimiento, se debe comparar la piel de un área del cuerpo que no está expuesta al sol con la piel del rostro”, aconseja el comunicado
Según la institución, algunos síntomas del foto daño son: arrugas, cambios de pigmentación como manchas de la edad, manchas hepáticas (léntigos solares) y pecas, textura de piel áspera y desigual, capilares rotos (arañas vasculares) alrededor de la nariz y el pecho.
¿Cómo prevenirlo? Se recomienda utilizar un protector solar de amplio espectro, que proteja la piel de los rayos UVA y UVB junto con un factor de protección solar (SPF) de 50 o más.
La sobreexposición al sol causa el 80% de los signos prematuros de envejecimiento en la piel.
5. Dieta baja en fitonutrientes 🥓
Los fitonutrientes son sustancias que provienen del reino vegetal, pero que no son nutrientes en sí mismos, es decir, no son necesarios para el funcionamiento del organismo, pero su consumo ofrece beneficios para prevenir y tratar ciertas enfermedades.
Llevar una alimentación similar a la dieta mediterránea que está centrada en cereales integrales, frutas, vegetales, granos enteros y nulidad de grasas trans y baja cantidad de azúcar es ideal para incorporar fitonutrientes, revela Lapman. “Estos alimentos se asocian a un menor riesgo de acv, problemas cardiovasculares e hipertensión”, agrega.
Asimismo, el especialista hace hincapié en que hoy en la sociedad prepondera la “comida basura” y que dada la falta de fitonutrientes no hay forma de neutralizar los excesos de los alimentos tóxicos y de los contaminantes como el alcohol, las drogas o el cigarrillo. “La mala alimentación hace que las células crezcan más rápido y se genere estrés oxidativo –afección que se presenta cuando hay demasiadas moléculas inestables llamadas radicales libres en el cuerpo–”, advierte.
6. Ser sedentario 🚶♂️
La actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, varios tipos de cáncer y las enfermedades cardíacas, vasculares, respiratorias y renales. También ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar general. A esto, el Dr. Lapman añade que para los profesionales es mandatorio evitar el sedentarios dadas sus consecuencias negativas y aconseja realizar un mínimo de 150 minutos de ejercicio físico aeróbico semanal y 2 o 3 veces de actividad anaeróbica semanalmente para prolongar la longevidad.
Alcanzar una edad avanzada pierde su atractivo si no va acompañada de bienestar y vitalidad. Por eso nació este concepto que implica un cambio de mentalidad sobre cómo programar de forma proactiva los años por venir. Tres expertos brindan diez hábitos indispensables para un envejecimiento saludable.
A pesar de un aumento en la esperanza de vida global a 73,4 años, el “health span” se mantiene rezagado, con un promedio de 63,7 años, lo que destaca la importancia de cerrar esta brecha para un envejecimiento saludable.
Esperanza de vida y longevidad son términos que cada vez despiertan más interés en las personas. Si bien muchos no esperan llegar a superar un récord como el de Jeanne Calment, que ostenta el título de “la mujer más anciana de la historia” con 122 años y 164 días, otros dicen: ¿”Por qué no?”.
La esperanza de vida humana máxima (life span) es el número promedio de años que una persona puede esperar vivir desde su nacimiento. Por otro lado, la longevidad describe la capacidad de vivir una vida larga más allá de la edad promedio de muerte específica de la especie. Y ahora nació un nuevo concepto llamado health span, que es la esperanza de vida saludable.
“Es fantástico vivir hasta los 100 años”, afirmó Tim Peterson, director ejecutivo de Healthspan Technologies, una startup centrada en el envejecimiento saludable, pero no tanto “si vives los últimos 30 años con mala salud”. Y a esta problemática apunta el concepto que responde a una nueva tendencia en longevidad.
La esperanza de vida mundial aumentó a 73,4 años, mientras que la health span se quedó atrás con 63,7 años, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud en 2019. Cerrar la brecha entre la esperanza de vida y la salud es un objetivo que empezó a cambiar la forma de pensar la longevidad, en la ciencia y en la gente.
El doctor José María Bonorino, médico cardiólogo universitario (MN 93.630/MP 55.042), especialista en Medicina Interna, Geriatría y Gerontología, coordinador de la unidad de Cardiología Crítica, Hospital Universitario Austral, definió
Más del 70 y 80% de las dolencias globales son atribuidas a enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida. Entre ellas, se encuentra la hipertensión.
“El ‘health span’ o salud vital hace referencia al período de nuestra vida desarrollado con buena salud y sin enfermedades de jerarquía que afecten la calidad de vida. Es decir, el período de tiempo en el cual hemos estado físicamente activos, con un estado cognitivo óptimo, con interacción social y libres de afecciones de salud significativas o invalidantes. El ‘life span’, en cambio, es el número total de años vividos independientemente de la calidad de vida que hayamos tenido. Podemos decir que health span y envejecimiento saludable son sinónimos”.
Por su parte, Silvina Tocchetti, licenciada en Medicina Nutricional, especializada en Medicina Funcional y licenciada en Psicología Clínica, con estudios de posgrado en Psicología Analítica, coordinadora Regional de BANT (The British Association For Nutrition And Lifestyle Medicine) para Latinoamérica y creadora de Mind, el primer centro especializado en Medicina Funcional y de Estilo de Vida del Cono Sur, expresó a Infobae que health span significa duración de la salud, es el tiempo en que podemos contar con nuestra salud a pleno.
“El tema es que muchas personas están como en un modus operandi de sobrevivir o viviendo de una manera en la que naturalizan el sentirse más o menos bien o tener síntomas que se supone que son comunes para la edad. Por ejemplo, dormir mal, colesterol y presión altos, ansiedad, baja libido, indigestión, cansancio, alergias, etc. y toman varias medicaciones para sostenerlas. Y eso no nos da una buena calidad de vida”, sumó la experta.
Y agregó: “Más del 70 y 80% de las dolencias a nivel mundial se deben a desórdenes crónicos y hoy sabemos que el 80% de ellos tienen que ver con el estilo de vida. Entonces, la pregunta es ¿qué calidad de vida queremos tener? No deseamos mantener ese estado de una salud media, sino que buscamos sentirnos fantásticamente bien y que nuestra energía esté en niveles óptimos y prolongar ese estado”.
La alimentación juega un papel crucial en la prevención de enfermedades crónicas y en el proceso de envejecimiento saludable, lo que enfatiza la importancia de consumir productos antiinflamatorios y evitar los azúcares rápidos y las grasas no saludables.
Estas enfermedades crónicas incluyen cánceres, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades pulmonares crónicas.
En coincidencia, la doctora Lorena Inés Claus, médica ginecóloga, especialista en Ginecología regenerativa y estética y Longevidad saludable manifesto a Infobae: “Es importante entender por qué nos enfermamos, qué es lo que genera nuestro escenario inflamatorio y produce un pequeño daño que es silencioso, que es lo que llamamos en longevidad saludable, ‘inflamación mínima persistente’ que va sucediendo con el paso de los años sin que nos demos cuenta. Esto va generando ese daño que finalmente se expresa en alguna de las enfermedades tan comunes y frecuentes que ya las personas las toman como una ‘normalidad’”.
A modo de ejemplo, la doctora contó que al atender a un paciente en el consultorio, suele ocurrir que le pregunta si tiene alguna enfermedad o antecedente personal: “Y el paciente contesta ‘no’, y cuando uno le pregunta pero ¿toma alguna medicación?, responde: ‘Ah, sí, tomo para la presión, para la diabetes, para la tiroides, tengo un poquito de sobrepeso’, con lo cual no hay conciencia del daño y existe una naturalización de las enfermedades que básicamente tienen que ver con nuestro estilo de vida”.
Un cambio de mentalidad
“La longevidad en sí misma ha dejado de ser un objetivo preciado mientras que la salud vital y un envejecimiento saludable sí han pasado a ser la meta a alcanzar”, señaló el doctor Bonorino y explicó:
El cambio hacia un envejecimiento saludable implica un cambio de mentalidad, donde la calidad de vida prevalece sobre la cantidad de años vividos, privilegiando la prevención y el cuidado proactivo de la salud.
“El objetivo no consiste en darle más años a la vida sinomás vida a los años, y el enfoque está puesto en una estrategia de prevención global. No se busca reducir la aparición de una enfermedad sino trabajar de manera positiva en hábitos y estilos de vida asociados con el enlentecimiento del proceso de envejecimiento. En términos médicos, consiste en fomentar ciertos hábitos de vida y aplicar intervenciones que reduzcan la inflamación, el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial”, dijo Bonorino.
Por su parte, la doctora Claus manifestó que muy lentamente está empezando a haber un cambio de mentalidad en relación a cómo cada persona quiere envejecer. “Envejecer vamos a envejecer todos, no hay manera de detenerlo, porque es la naturaleza de nuestra biología humana. Además, vivimos en un mundo que nos ofrece permanentemente hábitos que no son saludables: el tipo y calidad de alimentación, el nivel de estrés, el uso del celular, el smog, los hábitos tóxicos, el consumo de alcohol de manera desmedida y el sedentarismo extremo, todo esto va generando un daño. Este es nuestro escenario, que conlleva a un estado de inflamación permanente, que si uno no lo modifica, conduce inevitablemente a una enfermedad”.
Para la licenciada Tocchetti, existe un cuestionamiento en el tema longevidad. “Las personas han empezado a preguntarse cómo estar y llegar mejor. Tenemos más inquietudes, objetivos, tareas, entonces para eso necesitamos utilizar mejor nuestro tiempo. Y para eso una de las primeras cosas es que nuestro tiempo no esté completamente desbordado de problemas de salud, estar más lúcidos para poder elegir y ser más efectivos. Y luego, claro, tener más años de vida para disfrutar de todo lo que luchamos por crear y desarrollar”.
La adopción de hábitos saludables desde edades tempranas es clave para un envejecimiento saludable, e incluyen una dieta equilibrada, actividad física regular, chequeos médicos periódicos, y la reducción de factores psicosociales negativos.
Y destacó: “Yo creo que las personas todavía no entienden sobre los avances en longevidad, pero ya lo están buscando y queriendo incorporarlos a sus vidas, sobre todo los más jóvenes. Yo incluso tengo chicos de 20 años que ya ven cómo viven sus padres y lo cuestionan, quieren algo diferente. Es en ese sentido que hay un cambio de mentalidad. Antes no se cuestionaba, como que se tomaba por costumbre. Las personas se identificaban unas con otras, con los problemas de salud que eran ‘achaques de la edad’. Y hoy no queremos más eso”.
10 hábitos para un envejecimiento saludable
El doctor Bonorino indicó que si bien nunca es tarde, el momento óptimo para actuar y lograr un envejecimiento saludable es en la niñez. “Por ello, las sociedades avanzadas promueven fuertemente estilos de vida saludables a edades tempranas. La transmisión de esta información se hace desde el jardín de infantes, educación primaria y secundaria y son la base para lograr un impacto exponencial. Es fundamental que estos sean promovidos por líderes positivos, tengan difusión en medios de comunicación, cuenten con la participación de sociedades científicas y estén en sintonía con políticas de gobierno que favorezcan la adherencia a los mismos”.
La licenciada Tocchetti destacó que los factores modificables del estilo de vida son los que componen el 80% de los desórdenes crónicos. “Hay que empezar por cambiar el estilo de vida, porque al hacerlo no solo impacta en lo que genera los desórdenes crónicos, sino también en la base misma desde donde se sustenta el envejecimiento celular. Ambas cosas están relacionadas. Entonces lo que cambiamos es lo que se puede elegir para que el cuerpo acompañe, hacerlo un aliado. No hay arreglos rápidos, sino que es un camino de ida”.
Es esencial comenzar por cambios que cada uno pueda realizar en su propio estilo de vida, enfocándose en áreas como sueño, ejercicio, alimentación y mentalidad, con el objetivo de recalibrar la vida hacia un funcionamiento óptimo y sostenible en el tiempo
El doctor Bonorino explicó que las poblaciones con mayor longevidad y envejecimiento saludable tienen características comunes, a seguir:
Dieta sana tipo mediterránea o vegetariana basada en frutas, verduras, legumbres, cereales enteros y granos
Consumir con bajo contenido de sodio, moderar el consumo de alcohol, evitar alimentos procesados y con conservantes y reducir el consumo de carnes rojas, harinas y dulces.
No fumar.
Realizar actividad física diaria, 150 minutos semanales de gimnasia aeróbica (caminata, bicicleta, natación, trote suave, baile, etc.). También conviene complementar con ejercicios de musculación, coordinación y elongación.
Mantenerse socialmente activos e interrelacionados con la comunidad y/o familia.
Tener un propósito o motivo positivo en la vida.
Realizar un chequeo médico periódico para controlar factores de riesgo cardiovascular, detectar precozmente el cáncer y otras condiciones de riesgo para la salud y tener el esquema de vacunación al día.
Mantener un peso adecuado y evitar la obesidad o delgadez extrema. Este último objetivo debe lograrse y mantenerse con alimentación sana y actividad física diaria.
La alimentación juega un papel crucial en la prevención de enfermedades crónicas y en el proceso de envejecimiento saludable, Los expertos recomiendan dieta tipo mediterránea o vegetariana.
Por su parte, la doctora Claus aconsejó empezar a hacer modificaciones que lleguen al estilo de vida para quedarse. “No pueden ser impuestas de manera rigurosa, porque todo lo que se impone termina fracasando porque uno no lo elige. Se debe tener un espacio para su actividad física cotidiana, hacer ejercicios de fuerza, de musculación, aeróbicos y conectar con la relajación mediante el yoga o la meditación. Adoptar prácticas para corregir hábitos posturales, como por ejemplo hacer pilates. También es importante dejar un espacio de tiempo para el ocio, y la felicidad familiar”.
En cuanto a la alimentación, recomendó “incorporar productos antiinflamatorios, con pocas harinas procesadas casi nada. Elegir hidratos de carbono de alta complejidad. Dejar los azúcares rápidos que generan una absorción muy rápida en nuestro intestino, afecta la mucosa intestinal y esto genera un círculo vicioso de daño a nivel sistémico. Adoptar el uso de grasas saludables, realizar un reposo digestivo de 12 horas. Y si uno quiere elegir, el ayuno intermitente es más saludable aún, pero debe ser evaluado por un profesional de salud”.
Y completó: “Elegir la vida que uno quiere tener en cuanto a su estilo de vida y cantidad de horas de trabajo. Utilizar estrategias de manejo del estrés y también se pueden adoptar terapias alternativas. Son todas herramientas que uno puede sumar, entendiendo que el ser humano es un ser biológico e integral. Este es el único camino para poder envejecer de una manera saludable y evitar la enfermedad”.
“Una mente curiosa, activa y con ganas de aprender nunca envejece”, dijo el doctor Bonorino.
En conclusión, el doctor Bonorino dijo: “El mejor momento para proponerse un cambio positivo en nuestro estilo de vida es hoy. Las dietas rígidas y exigentes fracasan siempre, por ello es preferible proponerse una dieta moderada a la que uno pueda adherir toda la vida. Plantearse metas no muy ambiciosas, comenzar gradualmente y cumplir con lo que se ha propuesto. Una mente curiosa, activa y con ganas de aprender nunca envejece”, cerró el médico.
Por su parte, la licenciada Tocchetti afirmó: “Se debe empezar por donde la persona está hoy. Qué cambios puede hacer por sí misma en áreas como el sueño, ejercicio, alimentación, mindset, o sea, cómo encara su vida, su salud y sus tiempos. Nosotros trabajamos mucho con suplementación, pero se necesita la guía profesional. Hay mucho que la persona puede hacer por sí misma y luego, traspasado un umbral, con ayuda. Todas esas áreas que mencioné se las puede llevar a niveles de funcionamiento óptimo que realmente recalibran toda la vida”.
Y agregó: “Hay que saber elegir, priorizar, entender que no podemos con todo. El tiempo y el foco que le dediquemos a cualquiera de estas áreas que comenté se convierten inmediatamente en calidad de vida. Si mejoramos nuestro presente, ese estado es el que vamos a prolongar. Entonces, hay que vivir ahora de la forma en que nos gustaría llegar más adelante. Es mentira eso de que un día el caos que experimentamos hoy se acaba y vamos a poder ocuparnos después de la salud. En realidad, la salud es uno de esos temas a priorizar, pero generándola, no remendando con parches.
Junto a estas recomendaciones, la ciencia aporta día a día nuevos recursos para lograr un envejecimiento saludable, que van desde los dispositivos wearables para controlar la salud, los test de ADN que arrojan recomendaciones personalizadas sobre alimentación y ejercicio para prolongar la salud hasta el desarrollo de terapias destinadas a contrarrestar los efectos del envejecimiento, con el objetivo de prolongar la vida útil. Pero el primer paso, es el cambio de mentalidad para empezar a diseñar ese futuro saludable y vital.
Finalmente, la licenciada Tocchetti concluyó: “Somos constructores de nuestra vida, de nuestras elecciones y por ende de nuestra propia salud. Podemos elegir co-crear, construir y cambiar. Nuestra salud y nuestro cuerpo no son ajenos a nosotros”.
Hace tiempo que se considera que los países nórdicos están a la vanguardia del “envejecimiento saludable”; cuáles son las últimas tendencias sobre el tema
El libro se llama El Hechizo del Verano y fue publicado en diciembre por Sigilo. Allí, Virginia Higa, una escritora de Bahía Blanca, cuenta tramos e impresiones de su vida en Estocolmo, Suecia, lugar al que se fue a vivir unos meses antes de que se publicara Los Sorrentinos, su primera y muy exitosa novela.
Entre pistas de patinaje sobre hielo, atardeceres con sombras largas y un idioma mágico y muy distinto, a Higa le llama la atención otra característica diferencial de la sociedad sueca: “Una clase de persona que es muy escasa en mi país: los viejos felices, que tienen la cara y los ojos de una persona que no ha sufrido el hambre ni la violencia ni la desidia estatal ni las colas del correo, ojos que sonríen. Ojos curiosos sin rencor.(…) Conservan casi todos sus dientes y tienen la piel luminosa. Son gente serena, son los hijos del estado de bienestar, y no perciben al prójimo como alguien que viene a robarles algo que les pertenece”.
La escritora habla de una excepción: hace rato que los estados nórdicos están a la vanguardia en políticas de “envejecimiento saludable”. No son, a nivel demográfico, las sociedades más adultas del mundo (Japón, Corea del Sur. Hong Kong, España e Italia, entre otros, están por encima en edad promedio), pero la bonanza económica les permite ocuparse de temas que en otros lugares la coyuntura urgente tapa o deja para más adelante.
En 2050 habrá en todo el planeta 2000 millones de personas con más de 60 años, el doble que en la actualidad. Es, por lejos, el segmento etario que más está creciendo, porque las tasas de natalidad se derrumbaron en la última década (inclusive, están cayendo fuerte en África, el continente más joven). Y, por eso, la temática de longevidad se está convirtiendo en un tema de discusión central, con novedades científicas que aparecen casi a diario y con un negocio del envejecimiento saludable que crece a tasas empinadas.
En las últimas semanas, buena parte de esta conversación se concentró en un anuncio que hizo David Sinclair, científico de Harvard y uno de los divulgadores más famosos de esta agenda (autor del best seller Alarga tu Esperanza de Vida). Junto a dos coautores (Xiao Tian y Yuancheng Ryan), Sinclair publicó en Nature una nueva Teoría de la Información en el Envejecimiento (ITOA), que propone que lo que sucede en el cuerpo humano con el paso de los años tiene una fuerte asociación con la información epigenética. Al contrario de lo que ocurre con la información genética, que es sumamente estable, la epigenética se deteriora con el paso del tiempo y con el contexto.
Cuando su marido murió, Licia Fertz sintió que su vida estaba acabada. Había dedicado la última década a acompañar la enfermedad del hombre con el que llevaba casada 64 años, y el desenlace la sumió en una profunda depresión; se sintió además una carga para su familia. Hasta que, por iniciativa de su sobrino y de la mano de su nieto, descubrió las redes sociales.
“Hola Instagram.¿Hay espacio para una mujer de 88 años?” fue su primer posteo en la cuenta @buongiornononna (Buenos días, abuela) y el puntapié de una carrera que la consagró, a los 93 años, como una modelo e influencer con más de 200 mil seguidores, y una de las 100 Mujeres de 2023 según la BBC, junto a Michelle Obama y Amal Clooney. Verdadera revelación, Licia se animó a posar desnuda para la tapa de la revista Rolling Stone, impactar con los looks más atrevidos, darse algunos “permitidos” y, sobre todo, a desafiar todos los prejuicios sobre la edad, las personas mayores y los estereotipos que suelen acompañarlas.
“Apenas sabía qué era Internet cuando me asomé a ese mundo. Quedarme en casa y comunicarme a través de la Web ha sido el mejor antidepresivo”, cuenta la mujer que chatea a diario con sus followers de 18 a más de 65 años de todo el mundo. Italiana y vecina de Viterbo dice que lo que busca es inspirar a las personas a quererse como son, y a perder el miedo a la vejez. Y no es que la haya tenido fácil: sufrió los horrores de la Segunda Guerra y antes de enterrar a su compañero de toda la vida ya había llorado la muerte de su hija de 28 años. Pero dice: “Mi legado más importante es gritarle al mundo que no hay tercera edad, sino tercera vida, y que puede ser extraordinaria”.
Nuestro objetivo en el ámbito del envejecimiento activo y saludable es poner la tecnología al servicio de la salud.
Impulsamos el desarrollo de productos y servicios personalizados en las etapas de prevención, diagnóstico y tratamiento mediante un enfoque integral orientado a un envejecimiento activo y saludable.
TECNALIA desarrolla soluciones tecnológicas orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas a través de la prevención de riesgos y enfermedades, el mantenimiento de las capacidades físicas y cognitivas, y el mantenimiento de su actividad y participación social.
Innovación y tecnología para un envejecimiento activo
“Nuestro objetivo es favorecer entornos saludables que preserven y mejoren la salud y la calidad de vida de las personas. Por ello orientamos nuestra actividad tecnológica a la transformación de los sistemas de salud y de cuidados de largo plazo, la alimentación, el transporte, la vivienda, la ciudad y el lugar de trabajo”. Así, TECNALIA dispone de una combinación de soluciones tecnológicas orientadas a favorecer el envejecimiento saludable de la persona a través de la prevención de riesgos y enfermedades, el mantenimiento de las capacidades físicas y cognitivas, y el mantenimiento de su actividad y participación social.
En el ámbito de la alimentación saludable, TECNALIA desarrolla ingredientes activos para crear alimentos más saludables, equilibrados y de mayor valor nutricional (reducción de grasas, alimentos ricos en fibra, con omega 3, etc.). Esos compuestos activos (con esteroles, probióticos, vitaminas, prebióticos, simbióticos…) tienen efecto en la prevención de enfermedades de alta incidencia, como el síndrome metabólico, cáncer, cardiovasculares, etc
Dispositivos para un entrenamiento optimizado
TECNALIA desarrolla dispositivos que facilitan la valoración y entrenamiento de la capacidad funcional, y más en concreto del control postural/equilibrio de la persona para reducir el riesgo de caídas. Ofrece, además, soluciones para la personalización y optimización de los programas de entrenamiento de fuerza en personas mayores.
Combinando tecnologías de medición de señales electrofisiológicas, estimulación eléctrica y algoritmos de inteligencia artificial se busca determinar la frecuencia idónea de entrenamiento para cada persona y grupo muscular. Las soluciones de entrenamiento físico se complementan con un entrenamiento cognitivo y sensorial a través de una plataforma para creación de contenidos personalizados utilizando tecnología VR y/o AR.
Biosensores y monitorización de la salud
En el campo de los biosensores para diagnóstico, que son dispositivos portátiles para diagnóstico y monitorización in vitro e in vivo, ofrece soluciones para la monitorización de la salud mediante sensores electrofisiológicos y electroquímicos no invasivos. TECNALIA cuenta con el desarrollo de biosensores basados en un parche multi-electrodo para la detección de biomarcadores relacionados con el estrés (cortisol), fatiga (lactato), hidratación (sodio), frecuencia cardíaca o temperatura.
Estas soluciones wearable pueden ser aplicadas a la detección de factores de riesgo en personas mayores. También utilizan la tecnología de electrodos multi-campo para la mejora de la capacidad física y que permiten la activación muscular o la retroalimentación táctil, por ejemplo, o incluso la integración de electrodos en textiles para crear wearables.
Nuevos medicamentos
Por otro lado, ha diseñado y desarrollado nuevos medicamentos, especialmente dirigidos a las personas mayores, facilitando su toma y adhesión a los tratamientos con formatos farmacéuticos más agradables. Se incluye en este ámbito la tecnología de impresión 3D de medicamentos que ayude a generar una medicación más personalizada en ejemplos como la polimedicación.
Entornos saludables
Y otro de sus ámbitos de actuación consiste en las llamadas ciudades “amigables”: TECNALIA trabaja en el desarrollo de una herramienta de planificación urbana para ciudades amigables con las personas mayores basada en tecnología de gemelo digital. En este sentido, destaca un planificador de rutas amigables para personas mayores que faciliten su movilidad en el entorno.
El sistema sirve para medir el deterioro de un órgano antes de que aparezcan síntomas para plantear medidas de prevención personalizadas.
Haber vivido mucho es el principal factor de riesgo para sufrir enfermedades, pero la edad cronológica no siempre nos dice con precisión cuánto hemos envejecido. El estilo de vida o la genética pueden acelerar o ralentizar el proceso y la medicina busca formas de medirlo con precisión. Hoy, la revista Nature publica los resultados de un trabajo liderado por Tony Wyss-Coray, de la Universidad de Stanford (EE UU), que ha logrado medir el envejecimiento específico de los principales órganos del cuerpo, para detectar si alguno se está deteriorando a un ritmo mayor de lo normal.
El sistema empleado es un análisis de sangre, algo que haría relativamente sencillo aplicarlo para conocer el estado de salud. En el estudio publicado hoy, en el que se analizó el plasma sanguíneo de más de 5.000 personas, se observó que alrededor del 20% de los mayores de 50 años tenían un órgano envejeciendo a un ritmo acelerado y un 1,7% de las personas analizadas tenía dos o más. Este envejecimiento acelerado, que en parte se asocia a enfermedades específicas de cada órgano, se relaciona con un incremento en el riesgo de muerte de entre el 20% y el 50%, pero no todos los órganos tienen el mismo peso sobre la salud. Un envejecimiento acelerado del corazón aumentaba en un 250% el fallo cardiaco, y un deterioro más rápido del sistema vascular o del cerebro estaba relacionado con mayores probabilidades de sufrir alzhéimer en el futuro, como pudieron comprobar con muestras de pacientes tomadas hace 15 años para hacer seguimiento de procesos del envejecimiento.
Para evaluar el envejecimiento de los distintos órganos se evaluaron los niveles de cerca de 5.000 proteínas en la sangre de casi 1.400 personas, en su mayoría de más de 40 años. Identificaron todas las proteínas que aparecían con más frecuencia en órganos concretos y seleccionaron 858 que se podían asociar a cada órgano y que, cuando se encontraban en niveles excesivos, alertaban del envejecimiento acelerado de ese órgano. Utilizando machine learning (aprendizaje automático), entrenaron un algoritmo que seleccionaba las proteínas que tenían mayor relación con el envejecimiento de cada órgano. Aunque, como cabría esperar, había cierta sincronía entre el envejecimiento de los órganos de cada individuo, también había diferencias importantes que mostraban algunos órganos particularmente afectados por el paso del tiempo.
El objetivo de este tipo de trabajos es conocer con mucha antelación que algo no va bien con un órgano concreto para poder tomar con suficiente antelación medidas preventivas. Esta prueba detectaba ese envejecimiento acelerado cuando aún no había síntomas, pero que, como mostraron los datos de seguimiento, sí incrementaría el riesgo de enfermedades y muerte en el futuro. El envejecimiento acelerado del cerebro incrementaba el riesgo de muerte en un 180% y el de los riñones se asociaba a un mayor riesgo de diabetes e hipertensión.
La oportunidad que nos abre este tipo de investigación es la de establecer con precisión el ritmo de envejecimiento de cada órgano y, por tanto, de su deterioro. Con ello, podríamos guiar una medicina preventiva de precisión que prescribiese a cada persona un cuidado y seguimiento específico en función de la observación de la edad biológica de cada órgano.
señala Manuel Collado, investigador científico del CNB-CSIC en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela a Science Media Centre España.
Esta posible herramienta para el diagnóstico de precisión del envejecimiento acelerado se está investigando en grupos de todo el mundo. En abril de este año, un equipo de la Universidad de Melbourne, en Australia, publicaba un estudio en Nature Medicine en el que se explicaba cómo el envejecimiento acelerado de algunos órganos acaba por afectar al envejecimiento de los demás e incrementa el riesgo de morir. “Las desviaciones del declive asociado a la edad que cabría esperar se puede detectar en algunos órganos años antes del diagnóstico de enfermedad”, escribían. Según los autores, estas desviaciones predicen la mortalidad, incluso cuando se tienen en cuenta la edad cronológica, la carga de enfermedad y otros factores de riesgo, y se podrían utilizar para identificar a individuos con envejecimiento acelerado de algunos órganos antes de la aparición de la enfermedad que se podrían beneficiar de intervenciones para ralentizar el envejecimiento de órganos o sistemas del organismo específicos.
Wyss-Coray, el autor del estudio que publica hoy Nature, lleva más de una década buscando en la sangre las diferencias entre un organismo joven y otro viejo. Después de observar que trasfundir sangre de ratones jóvenes a otros de edad avanzada mejoraba el funcionamiento de muchos órganos, incluido el cerebro, fundó Alkahest. Esta compañía, ahora propiedad de la farmacéutica española Grifols, está probando los efectos de trasfundir plasma de personas jóvenes en mayores con alzhéimer. Respecto a los últimos resultados, Wyss-Coray cree que la identificación de proteínas específicas de cada órgano que mejor predicen un envejecimiento acelerado pueden servir para crear fármacos que lo ralenticen.