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Ciclo Virtual de Conferencias Norberto Bobbio sobre Justicia y Derecho de la Vejez.

El día 15 de junio desde las 14 a 17 h te invitamos a participar del Ciclo Virtual de Conferencias Norberto Bobbio sobre Justicia y Derecho de la Vejez. Este encuentro, que se enmarca en el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, abordará la temática “¿Solidaridad entre las generaciones? “Naturalización” de la discriminación y la violencia en la vejez”.

El encuentro contará con la participación de numerosos expositores expertos en la temática. Este ciclo es organizado por el Seminario Permanente de Investigaciones en Derecho de la Vejez – Instituto A. L. Gioja. Universidad de Buenos Aires, el Curso Profesional Orientado en Derecho de la Vejez – Departamento de Derecho Privado I. Universidad de Buenos Aires, la Fundación Navarro Viola, la Defensoría General de la Nación e International Network for the Prevention of Elder Abuse (INPEA) – Argentina.Es gratuito y virtual, requiere inscripción previa. Se otorgarán certificados de participación.

Para inscribirte, completá tus datos en el siguiente botón:

Se transmitirá en vivo en el canal del Instituto Gioja:

ORADORES:

Expositores: Marcelo Alegre – Luciana Scotti (Instituto Gioja) – Enrique Valiente Noalles (FNV)

CABA: Ana BARATA VALLEJO (Secretaria a cargo de la Secretaría de Políticas de Asistencia Integral a la Persona Afectada por el Delito Ministerio Público Fiscal Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

Catamarca: Maria Eugenia DEL CAMPO (Integrante Consejo Municipal de Adultos Mayores – Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca)

Jujuy: Lidia DI FORTI (Abogada especialista en violencia Jujuy)

San Juan: Carolina CORREA CORTS (Abogada especialista en violencia?San?Juan)

Neuquén: María Soledad GENNARI (Presidente del Superior Tribunal de Justicia)

Isolina Dabove (Gioja-Conicet / INPEA Argentina)

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Presentación del libro “Buenas Prácticas para Mayores” en la Feria del Libro.

El pasado martes 9 de mayo fue presentado en la Feria del Libro de Buenos Aires, Sala Rodolfo Walsh, el libro “Buenas Prácticas para Personas Mayores” de Editorial Galerna.

Su autor es Eduardo Favier Dubois, abogado y profesor que en este caso incursiona sobre el tema de la longevidad desde una perspectiva vinculada al crecimiento personal.

La presentación estuvo a cargo de Claudio Destéfano, conocido relacionista público, periodista deportivo y experto en networking.

La obra describe el fenómeno de la nueva longevidad, donde la gente mayor de sesenta vive veinte o treinta años más que sus padres y llega a esa edad con buena salud pero sin modelo de comportamiento para seguir. A esa desorientación se le suma el “edadismo”, o disriminación contra los viejos.

El autor describe la crisis de la edad madura y sostiene que corresponde instalarse en la nueva edad, donde se dispone de más tiempo para ser empleado útilmente.

Al respecto propone quince “Buenas prácticas” para vivir una longevidad feliz. Hay prácticas vinculadas al mejoramiento espiritual, como conocerse a sí mismo, generosidad, perdón, buen humor, positividad, espiritualidad y solidaridad. Otras se refieren al cuidado del cuerpo, a la alimentación y a la sexualidad. Las prácticas que más se destacan son las sociales, relacionadas con mantenerse activo, recuperar y afianzar vínculos con la familia, generar nuevas amistades y participar en circulos sociales. Finalmente, hay prácticas “existenciales”, referidas a estar conectado al mundo de hoy, vivir el presente, tener proyectos y organizarse adecuadamente para la vejez.

Accede al libro haciendo click en este enlace

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Rodolfo Goya: “La especie humana se va a fusionar con la tecnología; vamos a ser avatares”

El bioquímico e investigador del Conicet se refirió al envejecimiento, su objeto de estudio.

El bioquímico e investigador del Conicet Rodolfo Goya pasó por Conversaciones en LA NACION , donde contó acerca de su trabajo con el envejecimiento.

“Era lo suficientemente trascendente para dedicarle mi vida”, manifestó y añadió: “De joven me parecía una tragedia que el ser humano se muera”.

Asimismo, explicó que en el calendario envejecemos igual pero biológicamente funciona diferente.

“Nuestro cerebro está hecho para durar una cierta cantidad de tiempo”

señaló.

Buenas practicas

PRESENTACION DE LIBRO SOBRE LA LONGEVIDAD ACTIVA EN LA FERIA DEL LIBRO

El próximo martes 9 DE MAYO de 2023, a las 20,30 hs. en la Sala Rodolfo Walsh de la “47° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires” (Predio Sociedad Rural) se presentará el libro “BUENAS PRÁCTICAS PARA MAYORES” de Eduardo FAVIER DUBOIS.

Es una nueva obra del autor sobre la longevidad activa, publicada este año por Editorial GALERNA. La presentación estará a cargo del periodista CLAUDIO DESTEFANO en diálogo con el autor.

Luego del acto se firmarán ejemplares y se sortearán libros entre los presentes. La entrada a la Sala es libre y gratuita.

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El hallazgo que permitirá “mejorar la calidad” de vida y “extender la longevidad”

Investigadores definen nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer

Dos estudios dirigidos por Carlos López-Otín y Guido Kroemer, de las universidades de Oviedo y París, han definido tres nuevas características moleculares y celulares que contribuyen causalmente al envejecimiento humano. Además, en un trabajo paralelo, ambos investigadores han introducido el concepto de metaclaves en el ámbito biomédico y han definido cuatro determinantes comunes al envejecimiento y al cáncer. Estos dos procesos son ampliamente considerados como antagónicos, pero el artículo demuestra que poseen algunos mecanismos equivalentes.

En un estudio publicado el martes 3 de enero en la revista americana ‘Cell’, un grupo de investigadores coordinado por los doctores Carlos López-Otín y Guido Kroemer y que incluye a los doctores Manuel Serrano (IRB, Barcelona), María Blasco (CNIO, Madrid) y Linda Partridge (Instituto Max Planck, Colonia) concluyen que el envejecimiento surgiría de un compendio de doce procesos moleculares que de manera conjunta contribuyen decisivamente al deterioro celular y funcional asociado al paso del tiempo.

Hace una década, estos mismos investigadores definieron por primera vez las denominadas claves del envejecimiento publicadas en un artículo titulado ‘The hallmarks of aging’ (‘Cell’, 2013). En este primer estudio, los autores presentaron una visión integradora de las numerosas alteraciones subyacentes al desarrollo del envejecimiento agrupándolas en torno a nueve factores comunes clasificados en tres categorías: primarios, antagonistas e integradores.

Las 12 claves moleculares y celulares del envejecimiento

Los factores primarios son los desencadenantes del proceso e incluyen la inestabilidad genómica, el acortamiento de los telómeros, las alteraciones epigenéticas y la pérdida de la proteostasis. Los factores antagonistas se refieren a las respuestas del organismo dirigidas a mitigar el daño producido por los factores primarios.

En principio, estas respuestas son beneficiosas, pero si se exacerban o cronifican, tal como sucede en la edad tardía, se tornan perjudiciales para el organismo. Esta categoría incluye la desregulación de los sensores nutricionales, la senescencia celular y la disfunción mitocondrial.

Finalmente, los factores integradores son los principales responsables del fenotipo senescente e incluyen el agotamiento de las reservas de células progenitoras y las alteraciones en los mecanismos de comunicación intercelular.

Ahora, diez años después de esta contribución pionera, los continuos y fascinantes avances en el estudio del envejecimiento han llevado a este grupo de científicos a incorporar tres nuevas claves que han alcanzado la importancia causal suficiente para poder ser consideradas como esenciales en el desarrollo de este complejo proceso biológico: las alteraciones en la autofagia (eficiente proceso de reciclado celular y molecular), la inflamación crónica (de baja intensidad, pero de notables consecuencias para el organismo) y la disbiosis (la pérdida del diálogo adecuado entre el genoma humano y el de todos los microorganismos que nos cohabitan).

En estrecha relación con este artículo, la revista ‘Cell Metabolism’ publicó también otro trabajo de López-Otín y Kroemer en el que se introduce el concepto de metaclaves en el ámbito biomédico y se definen cuatro determinantes comunes al envejecimiento y al cáncer.

Estos procesos son aparentemente antagónicos, pues el envejecimiento representa una pérdida continuada de la eficiencia biológica, mientras el cáncer supone una ganancia aberrante de células que se convierten en entidades egoístas y agresivas hasta comprometer la vida del organismo.

Sin embargo, la disección detallada de las bases biológicas de ambos procesos ha llevado a Carlos López-Otín y Guido Kroemer a proponer la existencia de cuatro mecanismos comunes al envejecimiento y al cáncer: la inestabilidad genómica, las alteraciones epigenéticas, la inflamación crónica y la disbiosis.

El trabajo, en el que también han participado Lorenzo Galluzzi (Weill Cornell Medical Center, Nueva York), David Roiz (Universidad de Oviedo) y Federico Pietrocola (Instituto Karolinska, Estocolmo) define además de estas metaclaves una serie de claves antagonistas y ambivalentes en el envejecimiento y el cáncer.

Los autores concluyen que la comprensión detallada de los mecanismos implicados en todas estas nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer permitirá diseñar futuras estrategias de intervención sobre cada una de ellas, de manera que se pueda mejorar la calidad de nuestras vidas y, eventualmente, extender la longevidad.

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No jubile su cerebro: cómo ejercitar la mente para mantenerla siempre activa

Igual que los músculos, el cerebro necesita hacer ejercicio. Hoy les compartimos qué actividades practicar para tener un buen estado cognitivo por el Dr. Daniel Lopez Rosetti.

No jubile su cerebro. ¿Vio lo que hace la actividad física con nuestros músculos? La actividad física, el ejercicio físico, mantiene el tono muscular y eso hace que uno se sienta mejor, podrá subir más fácil las escaleras, hasta sabe que moverse le hace bien a su mente. Si uno no hace actividad física, ¿qué sucede con los músculos? Se atrofian. Es muy fácil, lo que no se mueve se oxida.

Lo mismo pasa con nuestro cerebro. ¿Cuál es la actividad del cerebro? Pensar, imaginar, crear, alternar pensamientos con otra persona. ¿Cuál es el jogging o ejercicio cerebral? Es aprender. Aprender cosas, cualquiera, cosas nuevas.

Puede jugar ajedrez si le gusta, pero es lindo si aprende también otro juego porque trabajan otros circuitos del cerebro. Juegue ajedrez si nunca jugó. Si juega ajedrez toda la vida y dice “bueno, me hace pensar, me hace bien”. Siga jugando porque le gusta, pero no le va a desarrollar las neuronas. Porque las neuronas del ajedrez ya se desarrollaron. Tiene que hacer algo nuevo.

Las neuronas con como los músculos hay que ejercitarlas para que no se atrofien

Hay que aprender, puede ser un idioma, tejido, pintura, leer, cerámica, manualidades, compartir socialmente, debatir, hacer teatro, baile, un curso de arte, de historia, cine, cualquier área que sea nueva para el cerebro. ¿Y sabe qué sirve también? Leer en voz alta, escucharse. Y lo que lea, reténgalo y coménteselo a alguien. Haga algo nuevo.

Memorice. Haga ejercicios de memoria. ¿Cómo? Y, es un juego. Vaya al súper y acuérdese dónde estaban las galletitas, acuérdese dónde estaba tal marca de tal cosa. Repase el plano del lugar en su cabeza. “Sé que entrando es acá a la derecha, tercer pasillo en la parte superior…”, y así.

Lo que sea aprender algo nuevo y sobre todo en relaciones sociales, charlando con otras personas eso es ejercicio cerebral. Con eso las neuronas funcionan mejor, ud va a tener un mejor estado de ánimo, un mejor estado general y muy probablemente menos posibilidades de tener enfermedades neurodegenerativas.

Lo importante es aprender cosas nuevas, leer en voz alta, un idioma, tejido, un curso de historia…

Lo mismo que hace con el cuerpo una persona tiene que hacerlo con su cerebro. Haga ejercicio cerebral, no jubile su cerebro, se va a sentir mucho mejor.

Las neuronas que están dentro del cerebro, también son como músculos. Hay que obligarlas a hacer ejercicio. Y no le estoy hablando a usted que tiene cierta edad, le hablo a las personas de cualquier edad. Pero si los años van pasando, más debe preocuparse uno por practicar el ejercicio neuronal.

También está claro que el ejercicio físico mejora las articulaciones, los fuerza muscular, y disminuye la posibilidad de un accidente cerebrovascular, porque mejora la función del corazón. Disminuye la posibilidad de infarto. Claramente hace bien.

Si uno practica una actividad habitualmente, como el ajedrez, debe seguir haciéndola porque le gusta, pero esas neuronas del ajedrez ya están entrenadas. Aprenda algo nuevo

Por otra parte, hay distintos tipos de memoria y la gente a nosotros, a los médicos, con frecuencia nos dicen ‘me olvido de esto ¿será normal, no es normal?’. Lo primero que digo es, si usted se concentra y se olvida, es un tema de consulta. Mucha gente se olvida de cosas, pero es porque no se está concentrando en el momento que debe grabar o atesorar la información.

La otra pérdida de memoria que habría que tener presente es si usted no se acuerda lo que hizo hoy a la mañana o no se acuerda qué desayunó y le pasa con mucha frecuencia, esa es una pérdida de memoria que puede estar relacionada con un proceso patológico.

Pero lo primero que hay que decir para tranquilizar es que lo más importante en la memoria es la concentración. Ahora, si usted se concentra y no puede después recordar claramente, requiere consulta médica. Le recomiendo que ejercite la neurona, que preste atención a sus neuronas y las entrene. Hay que ejercitarlas todo el día y, afortunadamente, para esto, el gimnasio está todo el día abierto.

¿Cuál es la actividad del cerebro? Pensar, imaginar, crear, alternar pensamientos con otra persona. ¿Cuál es el jogging o ejercicio cerebral? Es aprender. Aprender cosas, cualquiera, cosas nuevas.

*El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.

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Diversidad etaria: sus beneficios

Allá por 1970 en Latinoamérica la expectativa de vida era de 60 años. Hoy la cifra asciende a alrededor de los 78. En cincuenta y dos años –un pestañeo para la historia de la humanidad– la expectativa de vida se alargó aproximadamente un 30%. Muchísimo. Esta transición demográfica, es uno de los cambios más significativos de nuestra era.

El concepto cultural lag, hace referencia a cómo cuando sucede un cambio físico-social drástico, a la cultura le lleva mucho tiempo incorporarlo. La forma en que nos asignamos roles, permisos, espacios y actividades, no incorporó ese 30% de vida que logramos rápidamente. Nuestros marcos mentales todavía se corresponden con aquel mundo de vidas más breves.

El edadismo –discriminación por estereotipos basados en la edad–, es la tercera forma de discriminación tras el machismo y el racismo, los sesgos edadistas que indican que ser joven es divertido, interesante o cool mientras que hacerse mayor es convertirse en alguien aburrido triste o menos vibrante, están tan naturalizados que muchas veces no los reconocemos en los demás ni en nosotros mismos.

Las culturas corporativas son una expresión de la sociedad en la que están inmersas: una que está recién asimilando el crecimiento de la expectativa de vida y en donde se empieza a visibilizar la discriminación por edad. Por eso no sorprende cómo todavía en la mayoría de las empresas (hay promisorias excepciones) se suela pensar a los jóvenes como ágiles e innovadores y a los mayores como estáticos y conservadores, como seres no-digitales que van a poner “palos en la rueda”, aunque esta dicotomía sea falsa.

¿Por qué es clave pensar en un management con perspectiva de edad? No hay diversidad e inclusión posible si los 45+ no participan del ámbito empresarial. Incorporar la perspectiva de edad, o Age Managment, significa no solo contratar y retener personas 45+, sino asegurar que todas las generaciones se sientan plenas teniendo acceso a las mismas oportunidades de desarrollo, exposición, aprendizaje y crecimiento a lo largo de toda su trayectoria, es generar un impacto positivo sirviendo a los intereses de la empresa y a los de la comunidad.

Las empresas que incorporen a 45+ estarán mejor preparadas para el mundo que viene: el envejecimiento demográfico está transformando negocios y economías. Una organización que solo contrate jóvenes estará desconectada de su entorno, disminuyendo sus chances de ser relevante.

El Age Management ofrece la posibilidad de ser un agente de cambio, generando espacios reales de inclusión y demostrando que tiene un propósito más grande que (solamente) generar profit. En un contexto donde los sistemas previsionales no alcanzarán y todos necesitaremos trabajar más, una empresa que incluya colaboradores senior estará contribuyendo a una sociedad más sustentable.

Generar una cultura diversa e inclusiva desde lo etario promueve mayor bienestar generalizado y permite a los colaboradores jóvenes tener modelos en los cuales proyectarse a futuro de manera positiva.

La intergeneracionalidad incrementa la innovación: la riqueza que surge cuando las perspectivas, ideas y capacidades de personas de diferentes edades se cruzan, resultan en equipos con más capacidad de resolución de desafíos y amplitud de visión. Los equipos con diversidad generacional fomentan la capacitación, la transferencia de conocimiento y el desarrollo de liderazgo.

La edad no es un factor determinante para realizar una tarea. La edad es un dato más sobre una persona y se conjuga con otros factores, habilidades y capacidades. La invitación es entonces a no usar la edad como un criterio de exclusión, sino como uno de integración positiva, que cuando implique una diferencia real ésta puede ser usada para enriquecer al colaborador y al grupo.

Prefiero abrir preguntas y no cerrar con respuestas: ¿A qué roles, permisos, desafíos, espacios y actividades hoy en tu organización se accede o no de acuerdo con los años que se tenga? Cuando armás equipos de trabajo, ¿asumís que los jefes son mayores que los subordinados? Si la respuesta es sí ¿por qué? Cuando pensás en un puesto entry level ¿pensás en alguien joven? ¿o pensás que alguien 45+ podría ser un buen fit? ¿Cuando pensás en alguien de 45+, ¿asumís que tiene seniority? ¿Por qué? Desde el management, ¿se fomenta el intercambio etario? ¿Qué otras preguntas sumarías a éstas?

*Directora del Programa Ejecutivo de Age Management en Universidad del CEMA.

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Un nuevo desafío en el mundo laboral: prepararse para trabajar hasta los 80

Entre tantas creencias que teníamos como ciertas, hay una que se desvanece a gran velocidad: la idea de que nos vamos a retirar del mercado a los 60 o 65 años. A partir de esta nueva realidad, la gran pregunta que nos tendríamos que hacer es: ¿por cuánto tiempo vamos a trabajar? Y la respuesta es: por lo menos, hasta los 80.

Es que se está viviendo una profunda transición y una constante evolución jamás antes vistas. En el libro Vivir hasta los 100 años, Lynda Gratton y Andrew Scott nos invitan a dejar de pensar en el retiro profesional entre los 55 y 65 años, en tiempos en los que a partir de esa edad todavía queda mucha vida útil.

Lo que debemos hacer es pensar una larga vida como una oportunidad para la reestructuración de las carreras profesionales, las finanzas, las relaciones, el ocio y el bienestar. En otras palabras, tendremos que rediseñar la vida. Muchas veces, cuando se habla de estos temas, la respuesta es que no nos prepararon para esto o que nos gustaría que todo siguiera como hasta ahora.

La realidad es que estamos viviendo la mayor transformación de la historia a un ritmo muy acelerado. Y no hay vuelta atrás: la invitación es a evolucionar.

La prolongación de las etapas laborales es un hecho y el pasar por distintas fases (de vida corporativa, de emprendedurismo o de profesional independiente, entre otras) ya es un hecho. Lo que hasta hace unos años era recorrer un camino lineal, es una invitación a estar abiertos a pensar de manera orgánica, a ser flexibles y a transitar distintos roles y modalidades de trabajo.

Ahora bien, ¿cuáles son los aspectos que deberíamos repensar? 1) Entrenamiento y aprendizaje constantes; 2) buscar un propósito y hacer que lo que hagamos tenga un sentido, elegir experiencias que nos enriquezcan y nos transformen, cuidar la salud física y el bienestar; 3) pensar las finanzas a largo plazo; 4) velar por el balance entre vida y trabajo; 5) ampliar y diversificar la red de contactos, pensar cómo podemos aportar en la sociedad y formar parte de un esquema más colaborativo, y 6) adoptar un mindset de crecimiento, es decir, una apertura a nuevas formas de pensar y de ver la realidad que implique estar abiertos al aprendizaje durante toda nuestra vida.

Por supuesto que, el hecho de que crezca la expectativa de vida, además de impulsar el rediseño de la vida de las personas, obliga a pensar de qué manera van a repensar sus planes educativos las distintas instituciones, cómo se van a preparar las empresas para incluir a la población de adultos y cómo van a trabajar en el entrenamiento constante de las habilidades y el conocimiento de sus colaboradores. Además, ¿cómo se va a involucrar el Estado en esta temática que nos engloba e involucra a todos?

Lo importante es que recordemos que la vida es una sucesión de momentos y depende de nosotros la forma en que la transitemos, porque realmente no hay una fecha límite para lograr las cosas. Por eso, es importante enfocarnos en el progreso y seguir dando pasos en el camino sin olvidarnos de disfrutar del recorrido.

Este nuevo paradigma nos iguala a todos, ya que a todos nos llegó la transformación y vamos a tener que aprender, desaprender y reaprender a lo largo de nuestra vida de manera constante. Por eso, hoy todas las personas tendrían que pensar su reinvención profesional.

Por último, la propuesta sería hacernos estas preguntas, ¿cómo vamos a elegir vivir esta evolución constante? ¿Qué acciones y creencias estamos dispuestos a incorporar? ¿Cómo estamos pensando nuestra empleablidad, nuestro progreso y nuestra transformación?

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Cohousing: como son las viviendas españolas de gestión cooperativa para vivir la vejez con autonomía y en comunidad

España es uno de los países en los que más se desarrolló este modelo. La primera cooperativa, en Málaga, tiene veinte años y actualmente hay 14 experiencias de “comunidades colaborativas autogestionadas” y cientos en proyección. En la Argentina hay un solo antecedente, gestionado como mutual, y un proyecto estatal de 100 complejos habitacionales para mayores de 60.

“Viejos son los trapos”, decían las abuelas del siglo pasado. Eran mujeres que en algunos casos no llegaban a los 50 años, pero ya pertenecían a esa porción de la sociedad que recibía a hijos y a nietos los domingos y se dedicaba, mayormente ellas, a lo que hoy se identifica como tareas de cuidado. Mientras, los hombres leían el diario y jugaban ajedrez o bochas en la plaza. En el mejor de los casos, claro. Porque muchos debían resignarse a dejar su casa y mudarse a un geriátrico, con todas las implicancias negativas que esto tenía —y aún tiene— en la mirada social.

Hoy se habla de adultos mayores o de personas de tercera o cuarta edad para representar a quienes, luego de cumplir los 60 o 65 años, se retiran de la vida laboral activa y aún tienen, si la buena salud acompaña, una perspectiva futura de dos décadas. En este contexto, las denominadas cohousing senior aparecen como una alternativa a los geriátricos para transitar estos últimos años de vida con autonomía y sin padecer la soledad, de manera activa acorde a sus posibilidades.

Estas “comunidades colaborativas autogestionadas”, como también se las llama, son complejos habitacionales administrados de manera cooperativa, donde los socios adquieren un derecho de uso de los departamentos que habitan y a la vez cuentan con espacios comunes en los que comparten actividades y servicios, mientras reciben atención y cuidados de parte de personas especializadas.

La Residencia Santa Clara, en Málaga, es producto de un proyecto de la década de 1970, de 16 personas que por entonces tenían treinta y pico. Se inauguró en 2001 y se gestiona de manera cooperativa (Residencia Santa Clara)

La idea del cohousing surgió en Dinamarca y Países Bajos —por entonces, Holanda— en la década de 1970. Los primeros proyectos fueron llevados adelante por grupos de parejas jóvenes que se instalaban en condominios con espacios comunes para practicar la crianza colectiva de sus hijos pequeños. Luego aparecieron las iniciativas pensadas para la tercera edad, que se extendieron en especial en España y Suecia, en su mayoría en pueblos pequeños o suburbios de grandes ciudades.

El caso español

Hace veinte años nacía en Málaga el primer cohousing senior de España. Hoy funcionan 14 y hay cientos en proyección. Se trata del país europeo con mayor desarrollo de esta modalidad, con una activa y creciente participación del Estado en lo que implica, sobre todo, establecer normativas que regulen el sector.

Este año, por ejemplo, la Comunidad de Madrid estableció un “régimen de autorización de viviendas colaborativas para la promoción de la autonomía personal y la atención a la dependencia de personas mayores”, donde se definen los requisitos y estándares de calidad, de acuerdo a la naturaleza y finalidad de este tipo de viviendas. En la redacción de esta normativa participó de manera activa Hispacoop, la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios.

La cooperativa andaluza Los Milagros fue la pionera. En la década de 1970, un grupo de 16 jóvenes de 30 años comenzaron a pensar en cohabitar un lugar que fuera propio para pasar la vejez, como alternativa a un geriátrico tradicional. Pasaron veinte años hasta que fundaron la cooperativa y diez más hasta que terminaron la construcción del Residencial Santa Clara, en la ciudad de Málaga, que inauguraron el 7 de junio de 2001.

En las experiencias de cohousing senior, las personas asociadas tienen acceso a un departamento y a espacios y actividades comunes (Residencia Santa Clara)

Hoy la cooperativa tiene más de 125 socios que conviven en un complejo con pileta, sobre una ladera de los montes de Málaga y a poco más de veinte cuadras del centro de la ciudad. Los socios habitan los 76 departamentos de una superficie de 50 metros cuadrados y amplias terrazas con vistas al mar, donde disfrutan del clima mediterráneo de la Costa del Sol.

Aurora Moreno, fundadora y expresidenta del Residencial Santa Clara, recuerda en una nota de la web de Hispacoop:

“Preocupados por nuestra futura vejez y la calidad de vida que tendríamos el día de mañana, comenzamos a depositar pequeñas aportaciones económicas para poder comprar una finca en el lugar donde nacimos”.

y describe aquel proyecto de vida como:

“una alternativa de futuro con solidaridad.”

En una extensión de cinco hectáreas, la finca posee espacios comunes donde se realizan actividades tan diversas como pintura decorativa, gimnasia, baile en línea, informática, escuela de espalda, taller de memoria, castañuelas y karaoke. También, salidas en grupo para visitar museos o asistir a eventos.

Los departamentos están equipados con cocina, pero en la mayoría de los casos la gente elige almorzar o cenar en el comedor comunitario.

El de Santa Clara es un modelo que, con variantes, se replica en cada una de las experiencias españolas. Todas incluyen un sector para los socios con problemas de salud; los médicos geriatras y el personal asistencial están disponibles de manera permanente.

El esquema de organización también se repite. La propiedad de todo el complejo es de la cooperativa, mientras que los socios adquieren el derecho de uso exclusivo de los departamentos y acceden al uso compartido de los espacios, instalaciones y servicios comunes.

El valor de lo comunitario

Cuando la pandemia de COVID-19 azotó al mundo, estas comunidades le sumaron un sentido a su existencia. En medio de las más rígidas restricciones, pudieron seguir moviéndose por los espacios abiertos de los complejos y continuar con las actividades compartidas.

“El deseo de envejecer con autonomía personal, ser dueño de tu propio destino con independencia de la edad, compartir experiencias y vivir en comunidad, empezar una nueva fase de la vida que puede ser igual de ilusionante, y disponer de servicios que pueden ser necesarios en la vejez, huyendo de cargas familiares y soluciones residenciales clásicas”.

Félix Martín, secretario general de Hispacoop, en un artículo de su autoría, describe la esencia del cohousing senior.

Con estos ejes, resulta evidente que la elección del formato cooperativo no es casual, pues se trata de un modo de gestión basado en la democracia interna y valores como la autoayuda, la autorresponsabilidad, la equidad, la sustentabilidad y la solidaridad.

“Los efectos de la soledad no deseada suelen ir acompañados de tristeza, depresiones, miedos, inseguridades, pérdida de autoestima y de calidad de vida, pensamientos derrotistas, más aislamiento y hasta pensamientos suicidas”

explica Matilde Fernández Sanz, presidenta de la Asociación Contra la Soledad, de Madrid, en su informe Los hogares que necesitan (todas) las personas mayores.

En ese trabajo se hace un recorrido por diferentes alternativas a las residencias tradicionales para personas mayores. A modo de conclusión, la Asociación Contra la Soledad defiende “un urbanismo integrador con entornos accesibles y comunitarios” y destaca “el cooperativismo valiente, comprometido con la construcción de viviendas colaborativas o ‘cohousing senior’”.

El jurista y gerontólogo Josep de Martí, responsable de un portal dedicado al sector de las residencias para personas mayores, conoció por su actividad diferentes formas de cohousing, tanto intergeneracional como sénior, en Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Holanda, Alemania y Austria. Más allá de las diferencias, cuenta:

“Lo que tenían en común era que las personas que convivían habían optado por vivir de una forma diferente, en la que el concepto de comunidad tenía un peso importante”.

Compartir, sí, pero no todo. Tener privacidad, organizar el hogar al propio gusto y disfrutar del silencio, pero no estar en soledad forzada. Ese parece ser el espíritu que ronda las experiencias de viviendas colaborativas: formar parte de una comunidad sin perder la autonomía.

“Quien vive en el cohousing donde vives tú no es tu ‘vecino’, sino más bien un compañero de vida, un miembro de tu tribu”

dice Josep de Martí, y cierra:

“Puedes llevarte mejor o peor, pero sabes quién es parte de tu grupo”.

Las residencias cooperativas españolas están reguladas por el Estado en temas como estándares de salud y calidad; todas cuentan con servicios específicos para adultos mayores (Residencia Santa Clara)

Experiencias locales

En la Argentina, el desarrollo de experiencias de este tipo es todavía incipiente. El primer y único caso es Vida Linda, fundada hace 51 años, cuando un grupo de amigos judíos alemanes compraron un edificio en el barrio de Belgrano. Actualmente, unas cien personas mayores ―no solamente de esa colectividad― habitan los departamentos de uno, dos y tres ambientes distribuidos en 15 pisos.

Vida Linda, en la Ciudad de Buenos Aires, es la única experiencia conocida similar al cohousing senior europeo. Lo gestiona una mutual (Vida Linda)

Como iniciativa pública, está el Complejo para Adultos Mayores de la localidad bonaerense de Tapalqué, que funciona desde 2009 sobre un par de hectáreas destinadas a viviendas sociales para personas de más de 60 años. Los departamentos son independientes pero tutelados. Hay un Centro de Día, una vez por semana asiste personal de enfermería para hacer controles de rutina y quienes allí habitan cuentan con un botón de emergencia.

A comienzos de este año, el Gobierno de la provincia de Chubut inició el proceso de licitación para la construcción de 32 viviendas y un Centro de Día para personas mayores en la ciudad de Comodoro Rivadavia, en el marco de un proyecto a nivel nacional que prevé construir 3.200 viviendas en cien complejos habitacionales, que se adjudicarán en comodato a personas mayores de 60 años, con equipamientos colectivos para actividades educativas, deportivas y de recreación, además de cien centros de atención primaria de la salud y terapéutica.

El Programa Casa Activa, que así se llama, está impulsado por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, que se ocupará de la infraestructura, en conjunto con el Programa de Atención Médica Integral (PAMI), a cargo de los aspectos asistenciales. A su vez, las provincias o municipios con los que se firmen los acuerdos serán los entes ejecutores.